Bill Johnson nunca diría que ha llegado a su cima, (un punto que él resalta en el libro). Pero es extraordinariamente calificado para hablar con autoridad sobre el tema. Y como un miembro de la próxima generación, estoy agradecido de que él nos haya pasado este conocimiento.
Una de las cosas que me impactó de la manera más profunda en este libro es la franqueza con la que Bill compartió el precio que él pagó por el avivamiento.
Sus historias, acompañadas de candidez vulnerable, ofrecen estímulo y consejos prácticos en cuanto a cómo enfrentar el temor del hombre, a la vez que están avivando las llamas más pequeñas hasta que lleguen a ser grandes fuegos.
Bill Johnson no se anda con rodeos, sino que francamente explica que el avivamiento es costoso, impredecible, y a veces, impopular. Pero él continúa, lleno de gracia y ternura sin juicio. Sus ilustraciones personales son enormemente identificables y servirán para inspirar y empoderar.
Esa es la belleza de este libro. Se trata de algo profundamente espiritual, pero es práctico y con los pies en la tierra. Lo cual es el punto: “en la tierra así como en el Cielo”. A través de todo, y sin negar el dolor, Bill nos ayuda a ver que el sacrificio por el avivamiento no se puede comparar con sus recompensas.
A mi manera de ver, en este libro, un padre de fe del avivamiento entrega a mi generación tres regalos.
El primero es una clara definición de avivamiento que podemos entender y perseguir con pasión.
Segundo, una carga por sostener el avivamiento.
Y finalmente, una clara visión del objetivo de Dios para el avivamiento: impacto de largo alcance sobre nuestras ciudades y nuestra cultura.
Y la intención de Dios es que la gloria se desborde de una Iglesia avivada a las calles de nuestras ciudades, estructuras societarias, grupos étnicos, esferas de influencia y arte.
Independientemente de sus perspectivas escatológicas particulares, todos podemos abrazar el punto principal de Bill Johnson. El avivamiento no es solo para la iglesia, es para que el mundo vea y experimente la gloria de Dios.
Así que, si anhelas avivamiento, o deseas entender su propósito, lee este libro cuidadosamente. Recibe sus instrucciones con humildad y su impartición con celo. Tomemos la antorcha de padres como Bill Johnson para que podamos correr la carrera aun más lejos en la pista—y luego pasar una antorcha todavía más luminosa a la generación después de nosotros.
—Daniel Kolenda
Presidente de Cristo para Todas las Naciones