Salvados por la Fe para la Buena Obra | Mensaje Cristiano | Ivan Tapia
"8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; / 9 no por obras, para que nadie se gloríe. / 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." (Efesios 2:8-10)Somos salvos por gracia de Dios. Esto quiere decir gratuitamente, o sea que nos es regalada la salvación sin necesidad de que nada hagamos. Pero esto es tan difícil de aceptar por el ser humano que siempre querrá hacer un mérito y que Dios se lo reconozca. Es nuestro orgullo de no recibir nada gratis y querer ganarnos la aceptación de Dios, como si pudiéramos hacer algo excento de orgullo, vanidad e impureza.
Somos salvos por medio de la fe. No se trata de la fe natural que cree que la Tierra es redonda y que gira alrededor del sol, aunque nunca la hemos visto desde el espacio; de la fe que cree que un trozo de papel vale por una cantidad de pesos o dólares; la fe que se entrega en las manos de un médico para sanarse. No, somos salvos por un tipo de fe que es don de Dios, un don sobrenatural dado por Él. Somos salvos por la fe en Jesús, no en Buda, en Alá o Mahoma, el Gran Manitú de los siux, los ángeles, los cristianos que vivieron una vida santa, la virgen María o los apóstoles. Sólo somos salvos por la fe en Jesús.
Alcanzamos la salvación por medio de la fe sin obras. El propósito de esto es evitar la vanidad de "gloriarse", envanecerse y alardear que somos salvos y Dios nos aceptó porque hemos actuado muy bien, somos personas morales, correctas, dignas de estar con Dios.
Si usted piensa que Dios le dió la salvación porque es alguien muy especial, porque proviene de una buena familia, porque es un profesional, porque es muy culto, porque ayuda a la gente, es sensible o por otras características y cualidades, está muy equivocado: sólo la fe de Jesús salva y esto no es por nuestros méritos, sino sólo los méritos de Jesús, el Cristo (Salvador, Mesías), el Hijo de Dios.
Cuando nos convertimos a Cristo nacemos de nuevo, no por nuestra voluntad sino por voluntad de Dios Todopoderoso. Por eso dice que somos creados en Cristo Jesús ya que cuando somos paridos, si bien es bajo la voluntad de Dios, es un nacimiento en la carne, en nuesta mamá, por voluntad de varón, pero el nuevo nacimiento es en el espíritu y bajo la voluntad de Cristo.
"12 Mas á todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre: / 13 Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios." (San Juan 1:12,13)
El propósito de Dios al perdonarnos, limpiarnos de pecado y poner Su Espíritu en nosotros, es que vivamos una nueva vida haciendo Sus obras. Por eso dice que fuimos creados para buenas obras.
Dichas obras Dios las conoce desde la eternidad. No es que a nosotros se nos ocurrieran estas obras, aunque creamos que son decisión nuestra, sino que Él las planeó en la eternidad. Es nuestro destino, la misión encomendada, la obra de nuestra vida. Sólo tenemos que caminarla y descubrirla. Y lo más importante: aceptarla.