Para la mayoría de las mujeres, la palabra romanticismo se deletrea relación. He empleado la mejor parte de mi matrimonio aprendiendo y ajustando este resumen de las necesidades románticas de una mujer.
Desarrollé esta lista a partir de la observación y la conversación con Bárbara y otra mujer, y a través del estudio del Cantar de los Cantares. Una esposa tiene más de cinco necesidades románticas, pero considero que estas son las cinco principales:
1. Recibir alimento espiritual de su esposo. Una mujer quiere a un hombre que sea su protector, alguien que le importe no sólo su seguridad y sus necesidades físicas, sino también (y aun más importante) su espiritualidad, el bienestar de su alma.
Los pastores no son distintos de muchos hombres en que ellos también luchan con el proveer liderazgo en el hogar. Un pastor me dijo que es más fácil para él guiar espiritualmente a su iglesia que guiar a su esposa y a su familia.
Pero ser un protector espiritual y defensor para su esposa puede ser tan simple como orar por ella y con ella diariamente, compartiendo la Biblia e iniciando la conversación en temas espirituales, y dar a ella algo de tiempo para buscar su desarrollo espiritual. 2.
Sentirse a salvo y segura con su esposo. Cuando una mujer siente el compromiso del pacto de su esposo de estar casado con ella y amarla y aceptarla, se siente segura de dispensarle el don de lo que es en la relación conyugal. La sulamita que era el objeto de la pasión de Salomón, dijo: “Yo soy de mi amado, y mi amado es mío” (Cantares 6:3).
Es obvio que ella tenía un fuerte sentido de satisfacción y seguridad. 3. Tener conversaciones íntimas. Muchos esposos no se dan cuenta de que para que nuestra esposa nos considere románticos, primero tenemos que ser un gran amigo y un buen conversador.
Gruñidos y respuestas monosílabas a preguntas no las cortarán. Muchísimas mujeres no sienten que su esposo las necesitan, y la conversación famélica confirma su sentido de bajo valor personal. Muchos hombres que entablan conversaciones románticas, profundas, durante el noviazgo pierden más tarde este talento. Vuelva a descubrir la conversación romántica.
Haga el compromiso de aprender a hacer de la conversación íntima una prioridad con su esposa. 4. Recibir un toque tierno y oír palabras amables. Hay gran poder en el toque tierno, sea un abrazo largo, intenso, o un beso prolongado.
O el toque puede ser una caricia suave a su rostro que no motive exigencias sexuales pero que comunique: “Te amo, cariño, y tiernamente me ocupo de ti”. Palabras amables tienen similar poder. Un esposo tiene que habituarse a alabar y decir cumplidos a su esposa.
5. Sentirse buscada y apartada por su hombre. Una esposa quiere un esposo que la arrebate, la lleve al castillo, y le diga: “Pasemos tiempo juntos”. La atención concentrada es como oro precioso en una relación. DENNIS RAINEY, Little Rock, Arkansas