EVANGELISMO. PARTE II
"Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto."
Hechos 8:26
Tal como sucedió al evangelista Felipe puede sucedernos a nosotros, que el Espíritu Santo nos diga que vayamos hacia algún lugar que no teníamos planificado ir, o que Él desvíe nuestro camino por algo fortuito, y esto sea para que nos encontremos con alguien que necesita de Dios.
El eunuco era creyente en Dios, pero no entendía la Escritura ni conocía el Evangelio de Jesús. ¿Cuántas personas encontramos hoy día que creen en Dios pero no tienen idea del Evangelio? Necesitan de alguien que les hable del Cristo, la esperanza eterna.
Como el eunuco que llevaba en sus manos la Escritura y nada entendía de ella, las personas tienen una Biblia en sus casas pero jamás la leen porque no la entienden, les aburre y no hay alguien que se las explique. Usted puede ser ese Felipe que lo haga, si está capacitado para ello.
El Espíritu Santo le dijo a Felipe: "...Acércate y júntate a ese carro." (Hechos 8:29) El mismo Espíritu nos dirá cuándo y dónde nos acerquemos a alguien para hablarle de Dios. Como Felipe preguntó a aquel funcionario etíope si entendía lo que leía, se puede iniciar una conversación tan sólo con una pregunta.
Tal vez el asunto no sea explicarle una Escritura sino una circunstancia que está viviendo, interpretarla a la luz de lo que Dios nos muestra en Su Palabra. Las personas se preguntan por qué les ha tocado vivir un sufrimiento, una pérdida o una frustración muy grande.
Necesitan que alguien les muestre a Jesús, quien llama: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mateo 11:28-29)
Felipe evangelizó al etíope, es decir le transmitió el contenido del Evangelio y el más importante es que el Hijo de Dios dio Su vida por nosotros los pecadores, para que creyendo en Él tuviésemos salvación:"
Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida." (Hechos 8:32-33) Cuatro cosas debe comprender la persona al ser evangelizada:
1) Que Dios la ama pues la creó por amor. "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor." (1 Juan 4:8)
2) Que, como todo ser humano, es pecadora, desobedece a la Ley de Dios y eso tiene un castigo: "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23); "Porque la paga del pecado es muerte..." (Romanos 6:23)
3) Que Dios envió a Su Hijo Jesucristo para darle perdón. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)
4) Que si cree que Jesús murió por ella, le pide perdón por sus pecados y entrega su vida a Él como Salvador y Señor, será salvada de la muerte eterna y estará para siempre con Dios. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." (Juan 1:12,13)
Dios quiere que le conozcamos a Él, que reconozcamos que somos pecadores y nos reconciliemos con Él para ser verdaderos hijos de Dios. Pero esta bendición no es sólo para nosotros. Él desea que Su Amor se multiplique y llama a todos los que ya le conocen a transmitir esa Fe y ese Amor a otras vidas. Seamos Felipes de los muchos eunucos que hay en el mundo.