La Biblia está llena de los milagros de Dios. Pero los milagros de Jesús tienen un significado muy especial: ellos revelan la divinidad de Jesús y nos demuestran que, aquellos que se acercan a Dios a través de Cristo, serán a sí mismos milagrosamente transformados.
Cuando Jesús comienza a predicar, la gente se sienta y lo escucha atentamente, pero cuando el joven carpintero de Nazareth realiza una serie de milagros, como transformar el agua en vino, la multiplicación de los peces y la sanación de los enfermos, entre otros, la gente entiende claramente el significado de sus palabras.