El tema de la sanidad interior, o como Charles H. Craft prefiere llamarla, sanidad de profundo nivel, causa confusión a muchas personas dentro de la comunidad cristiana.
Algunos cristianos están acostumbrados a la idea de la consejería profesional e inclinados a pensar que suficiente cantidad de ella les provee libertad en sus altibajos emocionales.
Pero la eficacia de la consejería profesional está siendo cada día más cuestionada, tanto dentro, como fuera del círculo de la profesión. Los cristianos están acostumbrados a que se les diga que la salvación significa libertad, y que la oración cambia las cosas. Para esto se les cita el conocido texto bíblico: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (ver 2 Corintios 5:17).
Y a muchos se les hace creer que, si como cristianos sencillamente olvidan los problemas pasados, serán libres de ellos. Esta creencia se apoya en una mala interpretación de Filipenses 3:13
Pero la experiencia de la vida es a menudo bastante diferente. Acudimos a Cristo pensando que él resolverá todos nuestros problemas y nos encontramos, como el pueblo de Israel, sufriendo en la tierra prometida. Muy pronto descubrimos que la tierra está llena de gigantes a los cuales tenemos que vencer.
No sabemos por qué Dios hace las cosas de esta manera. Parece que él nos da un don y espera que lo usemos para superar un sin número de obstáculos. Es cierto que hay vida nueva cuando llegamos a Cristo, y que nuestro espíritu humano es cambiado y llegamos a ser nuevas criaturas. Sin embargo, esa novedad es frecuentemente interferida por antiguos problemas que emergen del pasado.
Hemos dado el primer paso correcto, pero para muchos cristianos la libertad llega cuando dan el segundo paso. La frustrante noticia es que la consejería profesional, aunque cristiana, es de poca ayuda para muchas personas. No debemos suponer que, simplemente acudiendo a Cristo e ignorando los problemas, vamos a estar bien.
Heridas Profundas, Sanidad Profunda
Pero hay buenas noticias. El testimonio de miles de personas que pasaron por esta sanidad de profundo nivel nos asegura que fueron liberadas. Hay una manera de dar este paso liberador con la ayuda del Señor Jesús.
Y aunque la sanidad de profundo nivel no es la única manera en que el Señor Jesús da libertad, es una forma totalmente efectiva. Ese es el tema de este libro.
Jesús es sanador. En el Nuevo Testamento vemos que él anduvo sanando a la gente. Los relatos del evangelio lo muestran ocupado básicamente en sanar problemas físicos y en echar fuera demonios.
No obstante, yo sospecho que si tuviéramos un registro completo de sus sanidades comprenderíamos que a menudo trató aquellos problemas espirituales y emocionales que paralizan a las personas y con los cuales están relacionados casi siempre los demonios.
El Señor Jesús se compadece del necesitado y hace cosas que rara vez ocurren en la vida normal de una iglesia. ¿Cómo? La verdadera sanidad ocurre en los niveles más profundos del corazón y la mente de una persona.
Aunque algunas técnicas utilizadas frecuentemente son tomadas en préstamo de la consejería, la presencia del Señor Jesús en ellas marca la diferencia en cuanto a su eficacia. Con la participación de Jesús en la sanidad profunda, lograr la libertad rara vez demora mucho. La mayoría de las personas son sustancialmente transformadas en una sesión.
Vivimos en un mundo emocionalmente lastimado y lastimador. Infortunadamente, el cristianismo racionalista muchas veces contribuye a lastimarnos, y con frecuencia asume un enfoque secular, ya sea empleado por los cristianos y los no cristianos. Muchas personas en nuestras iglesias pueden ver el daño que está causando, y muchos lo están viviendo personalmente aunque no saben qué hacer al respecto.
Los cristianos de hoy parecen saber poco respecto a cómo hacer lo que el Padre encomendó a Jesús, y que Jesús a su vez nos encomendó a nosotros (ver Juan 20: 21), esto es, trabajar con él para liberar a los cautivos (ver Lucas 4: 18).
Este libro está dedicado a aumentar nuestra capacidad para ayudar a liberar cautivos. Intenta ser bíblico, amplio y balanceado. Es el resultado de más de dos décadas de la propia experiencia de Charles H. Craft y de una buena cantidad de la experiencia de varios de sus colegas. Se espera que su lectura produzca abundantes bendiciones y lo capacite para la práctica del ministerio de sanidad interior o “sanidad de profundo nivel.”