Concéntrese en Dios en vez de en sí mismo: En el relato de Números 13, la mayoría de los espías dependieron de sus propios recursos en vez de depender de los de Dios.
Por lo tanto, sus pensamientos fueron negativos. Por otro lado, en el relato de Josué 2, los espías dijeron: “El Señor ciertamente nos dará toda esta tierra.” (v 24). Esta actitud positiva produjo acciones positivas.
Muchos años después, en los tiempos del rey Saúl, el ejército de Israel se enfrentó con un gigante que medía más de nueve pies de estatura. Cuando los israelitas contemplaron a aquel hombre todos huyeron despavoridos (1 Samuel 17-24).
Compararon sus fuerzas individualmente con las de Goliat y, como resultado, sus pensamientos fueron negativos y se dejaron dominar por el pánico. Sin embargo, David, el joven pastor, dijo, “¿Quién es este filisteo, pagano, que se le permite que desafíe a los ejércitos del Dios vivo?” (V. 26).
David comparó a Goliat con Dios y llegó a la conclusión de que el gigante no era un campeón digno de oponerse al Creador del universo. La confianza que David depositó en el Señor le permitió mantener una actitud positiva en su enfrentamiento con Goliat. Le dijo: “Tú vienes a mí con espada y lanza, pero yo voy a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos del cielo y de Israel, el Dios verdadero a quien tú has desafiado. Hoy Jehová te vencerá y yo te mataré y te cortaré la cabeza”. (V. 45-56). La confianza de David en Dios le permitió mantener una actitud mental positiva, a pesar de enfrentarse con un hombre de nueve pies, que intentaba matarle.
Muchos líderes, dirigentes y hombres de negocios permiten que su actitud la controle las circunstancias. La mujer de un negociante me dijo una vez: “La actitud de mi marido depende de la bolsa de valores, cuando las acciones suben está de buen humor, si bajan está de mal humor”.
En contraste Pablo escribió: “Se como vivir en escasez y en abundancia. He aprendido a estar satisfecho en cualquier circunstancia, con el estómago lleno o vacío, en abundancia o en necesidad. Con la ayuda de Cristo que me da fortaleza y poder, puedo realizar cualquier cosa que Dios me pida realizar” (Filipenses 4.12-13).
Pablo aprendió que la clave para una actitud positiva era poner la mira en Dios en toda situación y no en sí mismo o las circunstancias. La bolsa de valores puede subir o bajar, pero Dios no cambia. Sus promesas son constantes y verdaderas y proveen seguridad en toda situación.
Mire al futuro, no al pasado. Un estudio de la vida de Pablo revela numerosos principios en cuanto a cómo mantener una actitud positiva y optimista en la vida. Unos de estos principios es mirar al futuro con expectativa. “…pero eso sí, olvidando el pasado y con la mirada fija en lo que está por delante, me esfuerzo hasta lo último por llegar a la meta” (Filipenses 3.13-14).
Una vez que Pablo comenzó a depender de los recursos divinos en vez de depender de los suyos el futuro se le presentó cargado de promesas, anticipando lo que Dios quiera hacer con él y por medio de él.
Siempre hay que tener una meta. Pablo la tenía: “Me esfuerzo hasta lo último por llegar a la meta” (Filipenses 3.14). Una meta sirve para orientarnos a fin de que nos sea posible lograr lo que nos hemos propuesto y obtengamos el éxito final., que son ingredientes para mantener una actitud positiva.
Las metas dan significado a la vida y una razón para trabajar. Las personas que tienen una meta rara vez se preguntan: “¿Quien soy?” ¿Y por qué estoy aquí?”. Hay que considerar los problemas como ocasión para mejorar. Todos somos vulnerables a las actitudes y pensamientos negativos al enfrentarnos con los problemas. Sin embargo, Santiago escribe: “Amados hermanos, ¿están ustedes afrontando muchas dificultades y tentaciones? ¡Alégrense! (Santiago 1.2).
Esto podría parecer una afirmación ridícula porque ¿quién puede sentirse dichoso ante las dificultades? Pero la respuesta nos la da el versículo siguiente: “La paciencia crece mejor cuando el camino es escabroso.” (V.3). He aquí un principio importante para mejorar y tener una actitud positiva.
Un problema siempre trae consigo la oportunidad de mejorar. Las actitudes del líder desempeñan un papel en el desenlace de un proyecto. Cuando Tomas Edison y sus compañeros luchaban por conseguir la lámpara incandescente experimentaron grandes dificultades y cientos de fracasos. Cada problema era otro motivo de frustración para Edison y sus asistentes y adoptaron actitudes muy negativas con respecto al proyecto.
A la postre, los compañero de Edison le abordaron diciéndole: Tom, ¿por qué no abandonas la idea? Hemos probado con cientos de experimentos y ninguno ha resultado. Afrontemos la verdad: la cosa es un fracaso. Edison contestó: “No hemos fracasado ni una vez. Ahora sabemos cientos de cosas que no funcionan, de modo que estamos mucho más cerca de la respuesta correcta.”
Edison era un gran inventor porque aprendió a ver en los problemas oportunidades para avanzar. Por tanto, le era posible mantener una actitud positiva, con lo cual hallaba soluciones factibles. Por otro lado, sus compañeros de laboratorio dejaban que los problemas les hiciesen adoptar actitudes negativas, y sentían ganas de abandonar el proyecto.
Debido a que las actitudes negativas producen acciones y actitudes negativas, es muy importante que el líder sea positivo al enfrentarse con problemas. Esto se logra mejor reconociendo que cada problema trae consigo la oportunidad de mejorar.
Tomado del libro: Liderazgo, un enfoque bíblico a la administración.
Editorial: Unilit