Los Verdaderos Líderes Sirven a los Demás
Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. Marcos 10.42–43
Un líder no es alguien que se consume de su propio éxito y de su propio interés. Un verdadero líder es alguien que les demuestra a los demás que lo que ocupa su corazón es dar lo mejor para ellos.
Un verdadero líder se esforzará para hacer que los que están a su alrededor tengan éxito. Su pasión es ayudar a que las personas que están bajo su liderazgo florezcan. Es por esa razón que el verdadero líder debe tener el corazón de un siervo.
Una persona no puede ser un verdadero líder y operar solamente pensando en el desarrollo personal o la ganancia particular. Las personas cuyos motivos son egoístas terminan sin dirigir a nadie ya que todos le abandonan. Nadie puede confiar en ellos.
Una persona en una posición de liderazgo tendrá éxito solamente si las personas confían en él su futuro, su dinero y hasta sus vidas. No hay nada que le quite el lugar a la confianza. Nada.
Un líder en quien usted no puede confiar no es líder en realidad. Es una persona que tiene poder y que puede obligar a otros a hacer lo que ella quiere, pero eso no es ejemplo de un verdadero liderazgo.
¿Cómo se puede reconocer fácilmente quién es un líder genuino? Un líder genuino es aquel que está rodeado de personas dotadas, capaces, dirigentes y eficaces, y que le siguen. Esa clase de devoción refleja confianza.
Y la confianza surge de la manera desinteresada con la que el buen líder utiliza su propia energía y su propia habilidad de una forma sacrificial y sin egoísmos. Si usted puede demostrarle a las personas que verdaderamente piensa en buscar lo mejor para ellos, entonces le seguirán.