Según algunos historiadores, cierto día Francisco de Asís dijo a uno de los monjes más jóvenes:“Vamos a ir hasta la ciudad para predicar” El novicio estaba feliz por acompañar a Francisco de Asís.
Llegando a la ciudad, caminaron a lo largo de la avenida principal. Después, entraron por calles secundarias y oscuras, dirigiéndose para los suburbios y por fin, regresaron al monasterio.
Al regresar, el joven le hizo recordar a Francisco su intención inicial: “Usted se olvidó, hermano, que fuimos a la ciudad para predicar”
Francisco respondió: “Hijo mío, nosotros predicamos . Estábamos predicando, mientras caminábamos. Fuimos vistos por muchas personas y nuestro comportamiento fue observado con atención. Fue así que predicamos nuestro sermón matutino. No tendría ninguna utilidad, hijo mío, ir a cualquier parte para predicar, a menos que predicásemos en todos los lugares mientras caminásemos por ellos”.
¡Practique lo que habla! ¡Practique lo que predica! 1Sea aquello que usted habla! En su Libro, “ Your Work Matters to God” ( Su trabajo es importante para Dios), Doug Sherman y William Hendricks escribieron: “ a menos que usted sea capaz de hacer conexión entre aquello que hace durante todo el día y aquello que piensa que a Dios le gustaría que estuviese haciendo, jamás encontrará el sentido final de su trabajo o de su relacionamiento con Dios”.
La Biblia coloca esto de la siguiente manera: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateos 5:16).
Su local de trabajo es su púlpito. Cada día de trabajo es una manera de ministrar, si este es su deseo. Entonces, su trabajo se torna significativo, porque une el llamado secular al sagrado. El trabajo y la creatividad humana reflejan la propia naturaleza e imagen de Dios en nosotros. Dios hizo los Cielos. Son obra de Sus dedos. El hizo la tierra. El hizo al hombre del polvo y a la mujer de la costilla del hombre. Dios miró para todo lo que había hecho y era “muy bueno”.
¿Por qué trabajar? Porque es idea de Dios. Los filósofos griegos despreciaban el trabajo manual, considerándolo degradante. Platón enseñaba que las masas debían trabajar, pero la elite – guerreros y filósofos – estaban prohibidos de manchar sus dedos con el comercio o la agricultura.
A los ojos de estos “líderes” tales emprendimientos eran menospreciados y vistos como deshonrosos.
Entonces, ¿por qué debemos trabajar? Porque nos proporciona realización. Necesitamos vernos como mayordomos, administradores de aquello que Dios nos da. Así como El confió el jardín del Edén a los cuidados de Adán y Eva, El también no ha atribuido tareas y responsabilidades que debemos desempeñar con humildad y fidelidad. La Biblia enseña: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” (Colosenses 3: 23-24)
Trabajo no es barrera para la felicidad. Dios nos dice, en Su palabra, que El es, antes el camino para la felicidad. “Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. (Juan 5:17)
Robert D. and Robert L. Foster. Publicado con el permiso de “Take Three on Monday Morning” (TTOMM), escrito y publicado por Robert D. and Robert L. Foster. Preguntas y comentarios para 29555 Goose Creek Rd, Sedalia, CO 80135, o lostranch@aol.com - Traducción de Alicia Gonzales Lemos.