
Actitud de Obediencia
Cuando hablamos sobre actitud, la mayoría de las personas piensan en disposición: una cara sonriente, una personalidad alegre, o una perspectiva positiva de la vida. Todas esas cosas son síntomas de una buena actitud, pero la actitud va mucho más profundo que eso. Nuestra actitud es, con frecuencia, nuestra decisión sobre cómo vamos a vivir. Por eso creo que una actitud de obediencia a Dios es muy importante si quiere realmente seguir y disfrutar del camino que Dios ha trazado para usted.
Como cristianos, cada uno de nosotros ha sido llamado a ser obediente a Dios en las cosas grandes y las cosas pequeñas, un día sí y otro también. Vivir en obediencia piadosa es un reto algunas veces, pero Dios nos ha empoderado y capacitado para la tarea. Podemos hacer cualquier cosa que tengamos que hacer con su ayuda, y no solo eso, ¡podemos aprender a hacerlo con una sonrisa en nuestro rostro!
Lo que muy pocas personas entienden es que cuando desarrollamos una actitud de obediencia total a Dios, descubrimos su buena y perfecta voluntad. Él nos da instrucciones no para dañarnos o evitar que seamos felices; lo cierto es precisamente lo contrario. Su dirección en nuestras vidas es para nuestro beneficio.
Él sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros, y nos dirige en esos caminos. Dios nunca intenta arrebatarnos nada, sino que con frecuencia nos dirige a cambiar cosas en nuestras vidas que están obstaculizando sus bendiciones.
Cuando somos impulsados a obedecer, nuestras vidas mejoran cada vez más. Dios quiere darle instrucciones acerca de las decisiones más grandes en la vida o de los detalles pequeños día a día. Por ejemplo, quizá está usted comprando y el Espíritu Santo le impulsa a recoger la basura que está en el piso.
Usted no fue quien la tiró, pero siente el impulso del Señor para recogerla. O tal vez Dios pone un deseo en su corazón de hacerle un regalo a alguien… ¡y es una persona que a usted no le cae bien! En otras ocasiones, Dios puede que le pida que siga en un empleo o una situación de la que preferiría alejarse, mientras Él termina su obra en usted. Todos estos ejemplos son momentos perfectos para demostrar una actitud de obediencia.
Es necesaria una decisión por su parte de ser obediente a Dios. Cuando Dios no le da lo que usted quiere, es fácil protestar, sentir lástima por usted mismo, o actuar enojado y molesto. Es entonces cuando debe decidir disciplinarse para seguir haciendo lo que Dios ha ordenado, aunque su carne quiera hacer exactamente lo contrario.
Puede que haya veces en que quiere ignorar a Dios y hacer lo que usted mismo pretende, pero si entiende realmente que Dios tiene en su corazón el mejor interés para usted y dice: “Señor, sé que me estás guiando hacia lo que es mejor para mi vida, y hoy voy a ser obediente”, Él le dará la fuerza y el gozo sobrenaturales para seguir adelante y hacer lo que Él le está guiando a hacer.
¿Es usted consciente de alguna área de desobediencia a Dios en su vida? Si es así, entonces arrepiéntase y tome decisiones en consonancia con
la voluntad de Dios. Incluso si el área en la que Dios ha tratado con usted es algo pequeño, haga lo que Él le dice que haga. Recuerde que las pequeñas cosas pueden marcar una gran diferencia en su vida.
Quizá se siente atascado en este momento, como si las cosas no estuvieran avanzando en su vida. Quizá le dijo no a Dios en algún momento de su viaje, y necesita regresar a ese lugar y ser obediente. Por ejemplo, si necesita perdonar a alguien que le ha herido o le ha ofendido, pero no lo ha hecho porque pensó que podía seguir adelante con el plan de Dios, puedo decirle por experiencia personal que eso no funcionará.
Cuando hacemos las cosas correctas y somos rápidos para obedecer a Dios hasta lo mejor de nuestra capacidad, puede que no veamos enseguida los beneficios, pero los veremos a su debido tiempo. Si hacemos la parte que Dios nos pide que hagamos, ¡Él nunca fallará en hacer su parte! Desarrolle una actitud de obediencia, y Él le bendecirá de maneras que ni siquiera puede comenzar a imaginar. Y mientras está esperando, dormirá mejor en la noche porque tendrá la conciencia tranquila.