
AMOR DE PADRE
"Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso." 2 Corintios 6:18
La figura varonil de un padre durante la infancia, la etapa en que somos más frágiles, nos brinda una especial seguridad. El padre es el protector; el padre toma de la mano a sus hijos y los conduce a experiencias que enriquecerán sus personas; el padre muestra el mundo y la vida desde una perspectiva distinta a la de la madre.
Con Dios sucede algo similar. Él nos ama infinitamente pues nos ha creado, nos protege y guía cuando hemos descansado en Él. Dios es el Padre Celestial que siempre nos verá como Sus hijos y brindará todas las experiencias posibles para desarrollar en nosotros un carácter apropiado a la misión que tiene para cada hijo suyo.
Dios Padre es la Primera Persona de la Santísima Trinidad, el Ser Supremo en quien creemos y a quien adoramos, Creador, Soberano y Preservador de todas las cosas. Dentro de Sus principales csracterísticas se cuentan la Omnipotencia (poder absoluto sobre todas las cosas), la Omnipresencia (poder de estar presente en todo lugar) y la Omnisciencia (poder absoluto de saber las cosas que han sido, son y sucederán).
Quien nos enseñó a llamar Padre a Dios fue Su Hijo Jesucristo: "...Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra."
(Lucas 11:2) Y Su apóstol nos recuerda: "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él." (1 Juan 3:1)