
“Jesús nos redimió para poder expresarse a través de nosotros”.. Mensajes cristianos de Guillermo Maldonado
Jesús no lo salvó a usted solo para que fuese salvo; Él lo hizo para que usted guíe a otros a la salvación. Jesús lo liberó para que usted se convierta en un liberador. Él lo sanó porque quiere usar sus manos para sanar a otros.
Él anhela expresarse a través de nosotros. Somos el templo del Espíritu Santo; somos Sus manos y Su boca para bendecir a Su pueblo. La bendición que nos ha dado no es para quedarnos asombrados; es para ir y hacer con los demás lo mismo que hicieron con nosotros.
Jesús no puede visitar a los enfermos, presos ni desamparados, a menos que use el cuerpo suyo o el mío; tampoco puede sanar al quebrantado de corazón o al deprimido, porque quiere expresarse a través de nosotros. La gente nunca verá a Jesús excepto través de nosotros.
Ahora que Dios nos ha restaurado, que nos ha dado Su poder sobrenatural y nos ha ungido para ir en Su nombre, ¡tenemos que ir! Jesús servía a la gente, y Él no ha cambiado, pero ahora opera a través de nosotros. Dios usa personas de todas las edades, raza y profesiones; no solo a los pastores.
Veamos el testimonio de la doctora Lizzeth Mireles Marroquín, de México. “En enero de 2012 yo estaba muy enferma; me hicieron estudios de laboratorio y ultra sonido, y me dijeron que solo tenía un riñón. Caí en gran depresión, porque como médico, sé las consecuencias de tener un solo riñón.
Además, tenía fiebre y presión arterial alta, lo cual implicaba infección; sabía que podía morir. Una amiga me invitó a una conferencia de Déboras en Miami. Cuando llegamos a la iglesia El Rey Jesús, me impresionó ver tantas mujeres orando juntas. En ese momento sentí por primera vez la presencia de Dios.
Cuando la Profeta Ana predicó, me adueñé de la palabra de sanidad y sentí un hormigueo por todo el cuerpo. No sé cómo explicarlo, pero yo sabía que Dios me había dado un riñón nuevo. Cuando regresé a México, me hice nuevamente todas las pruebas de laboratorio y otro ultrasonido, y confirmé que ¡Dios me había dado un riñón nuevo!
“En la conferencia me enteré que el Apóstol y la Profeta iban a ir con un grupo a Israel y aunque no tenía el dinero, Dios proveyó para que viajara con ellos. En Israel, el Apóstol Maldonado se enfocó en el poder de la resurrección de Jesús. Entonces, la obra terminada de Cristo en la cruz empezó a tener sentido.
“De regreso a mi trabajo en el hospital, un día llegó a emergencias un niño clínicamente muerto. Mis colegas dijeron que ya no había nada más que hacer, pero yo recordé lo que Dios me había dicho, que mis manos tenían vida. Así que toqué el pie del niño y declaré vida en él, e inmediatamente el corazón del niño empiezo a latir.
Los médicos reconocieron que ése era un milagro. Unos trataban de encontrar una razón lógica y científica pero no la hay. ¡Dios revivió al niño! “Ahora sé que tengo un propósito en mi vida. Ser médico es un llamado de Dios; desde el hospital Dios puede usarme para sanar a los enfermos y evangelizar a médicos, enfermeras, pacientes y sus familias.
La sanidad sobrenatural sirve para glorificar a Dios, demostrar que Jesús sigue vivo, y que Su poder es verdadero. Para llegar a esta revelación Dios me sanó y transformó totalmente mi mente”.
Activación
Quizá usted no es médico, pero quiere que Dios use sus manos para sanar a otros. Hoy es el día de activar esos dones.
Ore conmigo
Señor Jesús, vengo delante de Ti porque quiero ser usado como una extensión de Tus manos, Tus pies, y todo Tu cuerpo, para tocar a quienes más te necesitan. Activa en mí los dones de sanidad y liberación, porque quiero servirte con amor. Tú me salvaste para poder expresarte a través de mí. ¡Usa mi vida Señor Jesús!