
La Real Justicia Requiere la Verdad
Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. ROMANOS 4.5
Lo que nosotros creemos en vez de lo que hacemos es lo que nos asegura una postura recta ante Dios, porque nosotros nos asimos de la justicia que justifica solo por la fe y no por nuestras obras (Romanos 4.5).
Pablo dice en Romanos 9.31–32 que «Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley».
En otras palabras, sin importar cuán meticulosos ellos puedan haber sido en su observancia externa de la ley de Dios, su incredulidad era suficiente para excluirlos del reino.
Ellos dudaron de la verdad de Cristo, y eso resultó espiritualmente fatal a pesar de lo bien que ellos habían perfeccionado una manifestación externa de piedad.
Atención: Pablo explícitamente dice que ellos estaban siguiendo la rectitud. Pero la estaban buscando en lugares equivocados. Debido a que se adhirieron a creencias erróneas acerca de la rectitud que Dios requiere y rechazaron la rectitud que Cristo les habría provisto, fueron eternamente condenados.
Su error fue antes que nada un error acerca de un objeto vital de fe, no meramente una imperfección en su práctica. Todo su sistema de creencia (no meramente su conducta) era erróneo.
La incredulidad era suficiente para condenarlos, sin tener en cuenta como actuaban. La verdadera rectitud simplemente no puede existir apartada de la creencia en la verdad.