
No Existe el Hombre Formado por sus Propios Esfuerzos.
Nadie llega por sí solo. Tenga en cuenta que si trata de hacerlo solo, la cerca que frena a otros lo frena a usted. «Dios no rechaza a nadie excepto a los que están llenos de sí mismos» (D.L. Moody). Es probable que el hombre que sólo trabaja para él y por él se corrompa por lo que es.
«Todo aquel que alguna vez ha hecho algo bueno por nosotros, o que nos ha dicho alguna palabra de aliento, ha sido partícipe tanto de la formación de nuestro carácter y de nuestros pensamientos, como de nuestro éxito», dice George Matthew Adams.
Tenga un corazón agradecido y sea pronto para reconocer a quienes le ayudan. Vuélvase indispensable para alguien. Es fácil echarle la culpa a otros por sus fracasos, pero, ¿da crédito a otros por sus logros?
«La visión de túnel le hace creer que no hay nadie que trabaje tan intensamente como usted, es enemiga del trabajo en equipo. Es una puerta por donde entra la división y la contienda» (Tim Redmond).
Pocas cargas siguen siendo pesadas cuando todos ayudan a levantarlas. Las pecas se convertirían en un buen bronceado si se juntaran. El hombre que no cree en otra cosa que en sí mismo vive en un mundo muy pequeño, en el cual pocos querrán entrar.
El hombre que se alaba a sí mismo quizás tenga la melodía correcta, pero la estrofa equivocada. Cuanto más asciende en la vida, se vuelve más dependiente de otros. Una persona vanagloriosa nunca llega a nada porque ya se cree todo.
Trabaje junto con otros. Recuerde la banana: Cada vez que deja el racimo, lo pelan y comen. Nunca probará el éxito duradero sin relacionarse con otros. Ninguna persona sola puede igualarse al esfuerzo cooperativo de un buen equipo.