Di a la sabiduría: “Tú eres mi hermana”, y a la inteligencia: “Eres de mi sangre”.
Proverbios 7:4
La mayoría de nosotras piensa que nacimos con sentido común, o al menos, eso esperamos. Hacemos cosas que parecen razonables, tratamos a los demás con amabilidad, pensamos positivamente y damos lo mejor de nosotras para hacer posible que algo bueno suceda cada mañana, cuando el sol se asoma una vez más. La verdad es que sí tenemos sentido común la mayor parte del tiempo.
Pero lo que Dios quiere de nosotras, quizás sea algo diferente. Dios quiere que tengamos sentido “no común".
Cuando somos hermanas con sabiduría, miramos más allá de lo que otros puedan considerar razonable. Atravesamos lo ordinario y disfrutamos la brisa fresca de todo lo extraordinario. Levantamos nuestras manos para alcanzar al Dios de nuestras mentes y corazones y abrazar su bondad “fuera de lo común”.
Buscamos todo aquello que él quiere para nosotras, porque es sabio hacerlo. Somos su familia, sus hijas y sus amigas en esta tierra.
Como mujer de gran valor, sueles darle al mundo lo mejor de tu sabiduría, señal del verdadero sentido común. Al hacerlo, da un paso más y camina más allá de lo esperable, dejando que lo inesperado, lo extraordinario, la bondad suprema guíe cada una de tus acciones.