¿Qué es Habilidades?
La habilidad es la aptitud innata, talento, destreza o capacidad que ostenta una persona para llevar a cabo con éxito, alguna actividad, trabajo u oficio. ... A este tipo de habilidades físicas, generalmente, se las denomina destrezas.
¿Qué dice la Biblia sobre Habilidades?
Versículos Bíblicos sobre Habilidades
Construcción de la torre de Babel, Génesis 11.1-6.
Destreza especial, Génesis 47.6.
Talento, habilidad dada por Dios, Éxodo 4.10-12; 6.30.
No solamente por fuerza, 1 Samuel 2.9.
Las habilidades dan confianza, 1 Samuel 17.32-37.
Valor y esfuerzo, 1 Crónicas 26.6.
Se ríen de las capacidades de los judíos, Nehemías 4.1-10.
Escritor talentoso, Salmo 45.1.
La carrera no es para los ligeros, ni para los fuertes, Eclesiastés 9.11.
La fortaleza y las habilidades fallan, Amós 2.14-16.
Capacidad de Jesús, Marcos 6.2-6.
Habilidades que da Dios, Hechos 6.8.
Confianza en las habilidades, 2 Corintios 11.5-6.
Más info sobre Habilidades
EL BOLETÍN INFORMATIVO DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS de Springfield, Oregon, publicó un artículo que captó mi atención. Al leerlo me pareció que estaba leyendo una parábola sobre las frustraciones típicas de hoy en los hogares de creyentes y en el cuerpo de Cristo.
Érase una vez cuando los animales decidieron que debían hacer algo significativo para hacerles frente a los problemas del nuevo mundo; así que establecieron una escuela.
Implementaron un programa de actividades que consistía en correr, trepar, nadar y volar. Para hacer más fácil la tarea administrativa, todos los animales debían tomar todas las materias.
El pato se destacó en natación; de hecho, era mejor que su instructor; pero a duras penas logró aprobar eso de volar, y su rendimiento para correr fue muy pobre. Puesto que corría despacio, tuvo que abandonar la natación, y quedarse después de clases para practicar las carreras.
Esto hizo que sus patas membranosas se estropearan mucho, y eso le hizo rendir apenas como promedio al nadar. Pero un rendimiento regular era aceptable, así que nadie se preocupó por eso; excepto el pato.
El conejo empezó a la cabeza de la clase para correr, pero empezó a sufrir espasmos nerviosos en los músculos de las piernas debido al exceso de esfuerzo para nadar.
La ardilla era excelente para trepar, pero encontró frustración constante en la clase de vuelo porque su maestro insistía en que despegara del suelo hacia arriba en lugar de descender de la copa de los árboles. Como consecuencia de tanto esfuerzo inaudito, terminó acalambrada y sólo pudo obtener una calificación de buena en eso de trepar y una calificación de regular en las carreras.
El águila era como niño problemático, y se la disciplinó severamente por no querer adaptarse. En las clases de trepar les ganaba a todos para llegar a la copa del árbol, pero insistía en usar su propia forma para llegar allí…
La moraleja obvia del relato es sencilla: cada criatura tiene su propio conjunto de capacidades en las que puede sobresalir en forma natural; a menos que se espere de él o se le imponga sujetarse a un molde en el que no encaja. Lo que es verdad en los animales del bosque, es cierto en la familia de creyentes.
Dios no nos ha hecho a todos iguales. Está bien que usted sea usted . . . así que relájese. Disfrute de sus propias capacidades, y cultive su propio estilo.
Aprecie a los miembros de su familia o congregación por lo que ellos son, aunque su punto de vista o estilo esté a kilómetros de diferencia del suyo. Los conejos no vuelan, las águilas no nadan. Es gracioso ver a un pato tratando de trepar. Las ardillas no tienen plumas. ¡Deje de hacer comparaciones!
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