Los israelitas son llamados «murmuradores» y «rebeldes» en este mismo texto (Núm. 17:10); y ¿no es la rebelión como pecado de brujería? (1º Sam. 15:23).
Si tú eres un murmurador cuenta con que Dios te considera como un brujo, o sea como uno que tiene pacto con el diablo. Este es un pecado de primera magnitud. Murmurar termina a menudo en maldición.
La madre de Miqueas terminó blasfemando cuando le fueron robados los talentos de plata (Jue. 17:2). Así hace el murmurador cuando alguna parte de sus bienes le es quitada.
Nuestras murmuraciones son la música del diablo; éste es un pecado que Dios no puede soportar. - T. Watson.
Temo tanto a la murmuración como a los juramentos y blasfemias. - Juan Wesley.
Nuestras Murmuraciones son la Música del Diablo
Si eres un murmurador cuenta con que Dios te considera como un brujo, o sea como uno que tiene pacto con el diablo. Este es un pecado de primera magnitud