Hannah More, la reformadora inglesa de principios del siglo XIX, tenía un método infalible para combatir el chisme. Cuando le venían con un rumor desagradable acerca de una persona, contestaba inmediatamente:
- Vamos a ver a la persona aludida, para preguntarle si es cierto.
El efecto era a veces muy curioso. El chismoso, sorprendido, modificaba sus acusaciones o pedía que ellas no se tomaran en cuenta.