Y, al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot» (Gén. 19:15).
¿Eran estos personajes ángeles o apariencias visibles de las personas divinas? No importa, eran mensajeros de salvación enviados por el Todopoderoso Invisible, y nos enseñan cómo tenemos que tratar a los hombres para moverles y bendecirles.
Hay siete interesantes puntos de contraste entre la Torre de Babel y la registrada en Hechos 1. El don de nuevas lenguas por el Espíritu Santo es el remedio divino para el orgullo que resulta en la contención de lenguas
Escrito por Moises, Genesis significa principio, porque es la historia del principio de todas las cosas, el principio del cielo y la tierra, de toda vida y de todas las instituciones y relaciones humanas. ▶ Comentario bíblico del Libro de Genesis
Dios llama a Abraham con las siguientes palabras: Vete de tu tierra, De entre tus parientes, Y de la casa de tu padre, A la tierra que Yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, Y te bendeciré, Engrandeceré tu nombre, Y serás bendición. Abraham se caracterizó por una vida de fe.
Tal vez Taré, padre de Abraham, solo buscaba su propia comodidad cuando hizo alto en Harán. En tal espíritu nunca puede poseerse la tierra prometida. Es menester cruzar el río (Eufrates) y pasar al desierto si ha de disfrutarse de Canaán. Los cristianos a medias que se quedan en el borde nunca heredan la plenitud de la tierra.
Abraham, llamado por Dios, salió de Ur, pasó por Harán y se encuentra ahora en Canaán. Las experiencias humanas empiezan a suceder. Los problemas aparecen incluso cuando estamos dentro de la voluntad de Dios. No todo lo malo es castigo
¿Quién hubiera pensado que un hombre con la fe de Abraham se volvería a un lado a la primera tentación? En nuestro mejor y más fuerte momento estamos en peligro de tropezar, si no estamos guardados por el poder de Dios por fe. Bosquejo Bíblico para predicar
Dios llamó a Abram, y Él salió, no sabiendo adónde iba. Lot fue con él. Lot siguió a Abram, y Abram siguió a Dios. Lot pronto está habitando en Sodoma. Ahora le vemos como un prisionero.
La palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! Las palabras de Dios son siempre oportunas. Él sabe cómo hablar una palabra al cansado. Sus consolaciones no son pocas ni pequeñas
Abram era de noventa y nueve años de edad cuando el Señor se le apareció. No demasiado viejo para tener comunión con Él. La edad podrá excluirnos de los goces y compañerismos de la juventud...
Abraham fue un hombre de Dios solícito en el servicio, pronto para acudir en ayuda y socorro de otros. Dios se le apareció en el encinar de Mamre y allí demostró su corazón y aptitud de servicio.
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