José había llenado de antemano los vastos graneros, y nuestro texto nos muestra cómo usó sus depósitos: «José abrió todos los graneros.» ¡Cuánto más ha sido hecho por Jesús! ¡Y qué privilegio es ser participantes de su gracia! Genesis 41:56
1. JOSÉ ABRIÓ LOS GRANEROS POR AUTORIDAD REAL.
1. Al rey de Egipto sólo se podía ir por medio de José (vers. 55). Así es con Jesús (Juan 14:6).
2. El rey ordenó que todos obedeciesen a José (vers. 56) (Juan 5:23).
3. En todo el país nadie podía abrir los graneros excepto José (Juan 3:35).
II. JOSÉ ERA LA PERSONA APTA PARA ABRIR LOS GRANEROS.
1. El fue el que inventó aquel recurso de los grandes graneros, y era la persona señalada pira controlarlos (versículos 33 a 36 y 38; compárense con Heb. 1: 1-3).
2. El lo hizo todo en gran escala (vers. 49).
3. El tenía sabiduría para distribuir bien aquella bendición. Fácilmente puede encontrarse la comparación. Es nuestro Señor Jesucristo el Señor de la casa; escogido entre diez mil, que ha provisto para el hambre de nuestras almas (Col. 1:19 y Juan 1:16).
III. JOSÉ ABRIO LOS GRANEROS, EFECTIVAMENTE.
1. Para este propósito los había llenado. La gracia de Dios es para ser usada.
2. Abrió los depósitos en el tiempo oportuno (vers. 55-56).
3. Los mantuvo abiertos mientras duró el hambre. Nunca fueron cerrados mientras hubiera cerca un necesitado que lo requiriera.
IV. JOSÉ ABRIÓ LOS GRANEROS A TODOS LOS QUE VENÍAN.
1. Mucha gente vino desde lejos en busca de alimentos (vers. 57).
2. Nadie fue despedido vacío.
• Sin embargo, José vendía el alimento; mientras que Jesús da sin dinero ni precio. ¿No acudiréis a El para obtener el pan celestial?
William Bridge dice: «Hay suficiencia en Jesús para satisfacer a todos nosotros. Si dos, seis o veinte personas sedientas fueran a beber de una botella, mientras el uno bebe el otro tendría ansiosa envidia, pensando que quizá no habría suficiente para él; pero si un centenar de sedientos va a un río, mientras uno bebe el otro no siente ninguna envidia ni ansia, porque hay suficiente para todos.»
«Todas las gracias espirituales que enriquecen a la Iglesia son por Jesucristo. El apóstol Pablo nos presenta algunas de las mejores: Ef. 1:3. Nuestra elección por El (vers. 4).
Nuestra adopción es también por El (vers. 5). Nuestra redención y remisión de pecados son por El. Todas las generosas transacciones entre Dios y su pueblo son por medio de Cristo. Dios nos ama a través de Cristo. Escucha nuestras plegarias hechas en el nombre de Jesús; perdona todos nuestros pecados mediante Crísto.»
«Por Cristo nos justifica; mediante Cristo nos santifica; por Cristo nos mantiene; por Cristo nos perfecciona. Todas sus relaciones con nosotros son a través de Jesucristo. Todo lo que tenemos es de Cristo; todo lo que esperamos depende de El. El es el eje de oro sobre el cual gira todo el proceso de nuestra salvación.» - Ralph Robinson.