La Gracia Transformado | Bosquejo Predica
«Esta gracia en la cual estamos firmes» (Ro. 5:2).
La gracia de Dios, que trae salvación, obra una total transformación en el carácter y relaciones de todos los que creen. Cambia nuestra relación:
1 CON RESPECTO A DIOS EL PADRE. Ya no somos más enemigos, sino hijos; en lugar de estar bajo la ira de Dios, estamos ahora bajo su cuidado especial.
2 CON RESPECTO A CRISTO EL HIJO. Estábamos sin Él, y sin esperanza, pero ahora la gracia nos ha hecho cercanos: unidos a Él, purificados por su sangre, y guardados por su poder.
3 CON RESPECTO AL ESPÍRITU SANTO. Antes Él no tenía lugar en nuestros corazones, que eran cual jaulas llenas de aves inmundas. Ahora Él mora dentro como nuestro Guía y Consolador.
4 CON RESPECTO A LA LEY. Antes que llegara la gracia estábamos bajo la ley, y, debido al pecado, bajo maldición. Ahora ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia, y la ley está siendo cumplida en nosotros que caminamos según el Espíritu.
5 CON RESPECTO AL PODER DEL PECADO. El pecado solía tener dominio sobre nosotros; éramos sus esclavos. Ahora su culpa ha sido quitada, y su poder quebrantado. Libertados del pecado.
6 CON RESPECTO A ESTE MUNDO PRESENTE. En tiempos pasados caminábamos según el curso de este mundo. Pero ahora hemos sido escogidos de entre Él, y enviados a Él para ser testigos de Dios en contra de Él (Jn. 17). Solíamos amar al mundo, pero ahora no amamos el mundo, y somos aborrecidos por Él.
7 CON RESPECTO A LAS OBRAS. Hasta que llegó la gracia confiábamos en nuestras buenas obras para salvación, pero al ser salvos por la gracia aparte de ellas, venimos a ser colaboradores de Dios.
8 CON RESPECTO A PRUEBAS Y AFLICCIONES. Mientras no éramos salvos considerábamos las pruebas y aflicciones como enemigas de nuestro bien. Ahora sabemos que «todas las cosas cooperan para bien de los que aman a Dios» (Ro. 8:28).
9 CON RESPECTO A LA MUERTE. Antes de conocer la gracia de Dios, la muerta iba vestida de ropajes de terrible color; su terror estaba constantemente sobre nosotros. Ahora sabemos que es un enemigo vencido. «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» (1 Co. 15:55, margen).
10 CON RESPECTO AL JUICIO. Cuando vagábamos por las tinieblas de la duda y del pecado, la perspectiva del juicio arrojaba una terrible sombra sobre el alma. Ahora, el tribunal de Cristo significa para el fiel cristiano el lugar donde será recompensado.
«¡Qué son más hermoso, el de la Gracia!»