Ninguna condenación
Romanos 8:1
I. Una condición dichosa. «En Cristo Jesús.» Esto implica:
1 ESTAR EN SU FAVOR. Gozando de su gracia.
2 ESTAR EN SU NOMBRE. Compartiendo su honor.
3 ESTAR EN SU CORAZÓN. Llenos de su amor.
En Él por la fe. Tal como Noé entró en el arca (Jn. 6:37).
En Él para dar fruto. Como un pámpano en la vid (Jn. 15).
En Él para comunión. Como los miembros del cuerpo (Ef. 4:16).
II. Un privilegio bienaventurado. «Ninguna condenación.» Ello no significa que no vaya a haber aflicción ni tentaciones. Estas cosas pueden obrar juntamente para bien.
1 NINGUNA CONDENACIÓN POR PARTE DE LA LEY. «Estáis muertos» (Col. 3:3). La ley ya no tiene nada que ver con una persona muerta. «Cristo es el fin de la ley, para justicia a todo aquel que cree» (Ro. 10:4).
2 NINGUNA CONDENACIÓN DE PARTE DE DIOS. Aquel que justifica no condenará. «Dios es el que justifica» (Ro. 8:33).
3 NINGUNA CONDENACIÓN POR PARTE DE LA CONCIENCIA. Cuando la conciencia está purificada de pecado está exenta de ofensa.
III. Una solemne reflexión. Si no hay condenación alguna para los que están en Cristo, ¿cuál es la
condición y el futuro de los que están fuera de Cristo? Un hombre puede estar en mucho de lo que es bueno, y sin embargo estar sin esperanza de parte de Dios. El que está sin Cristo está sin esperanza (Ef. 2:12). «El que cree en Él, no es condenado » (Jn. 3:18).