Consumado ES
No para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena… pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Hebreos 9.25–26
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es(Juan 19.30). En el texto griego, «Consumado es» es una sola palabra: ¡Tetelestai! Fue un grito triunfante, lleno de rico significado.
Él no quiso decir simplemente que su vida terrenal había terminado. Quería decir que la obra que el Padre le había dado que hacer estaba ahora completa. Aunque colgaba allí, pareciendo una víctima patética y perdida, Él celebró el triunfo más grande en la historia del universo. La obra expiatoria de Cristo había sido terminada, la redención de los pecadores estaba completa y Él estaba triunfante.
Ni ritual religioso ya sea el bautismo ni penitencia, ni ninguna obra humana puede ser añadida para hacer eficaz la obra de Cristo
Cristo había cumplido a favor de los pecadores todo lo que la ley de Dios requería de ellos. La completa expiación había sido hecha. Todo lo que la ley ceremonial presagió se había cumplido. La justicia de Dios estaba satisfecha. El rescate por el pecado fue pagado en su totalidad. La paga del pecado se estableció para siempre. Todo lo que quedaba era que Cristo muriera para que resucitara también.
Es por esto que nada se puede añadir a la obra de Cristo para la salvación. Ni ritual religioso ya sea el bautismo ni penitencia, ni ninguna obra humana puede ser añadida para hacer eficaz la obra de Cristo.
No hay obras humanas adicionales que pudieran aumentar o mejorar la expiación que Él compró en la cruz. El pecador no está obligado a contribuir en nada para ganarse el perdón o una buena relación con Dios; el mérito de Cristo por sí solo es suficiente para nuestra completa salvación. ¡Tetelestai! Su obra expiatoria se hizo. Es todo lo que se necesita.