Pon a Dios en Primer Lugar
Pero Jesús mismo no se confiaba a ellos, pues él sabía lo que había en el hombre. (Juan 2:24-25)
Pon tu confianza primeramente en Dios. El Señor no depositó Su confianza en ningún hombre. Y no abrigó sospechas, ni sintió amargura, ni perdió la esperanza en nadie, porque ante todo ponía su confianza en Dios.
Confió de manera absoluta en lo que la gracia de Dios podía hacer por otros. Si pongo mi confianza en los hombres en el primer lugar, el resultado final será recelo y desconfianza en todos. Me amargaré, por haberme empeñado en creer que las personas son lo que nadie puede ser jamás absolutamente perfectas y correctas. Nunca confíes en nada, excepto en la gracia de Dios.
El propósito de nuestra instrucción cristiana es establecer una correcta relación con las necesidades de Dios y Su voluntad
Pon en primer lugar la voluntad de Dios. «He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad» (Hebreos 10:9). El hombre presta obediencia a lo que considera como una necesidad —la obediencia de Jesús a la voluntad de Su Padre. El clamor de hoy en día es: «¡Hemos de trabajar! Los paganos se están muriendo sin Dios.
Hemos de ir y hablarles de Él.» Pero antes hemos de cerciorarnos de que estamos atendiendo a las «necesidades» de Dios y Su voluntad en nosotros de manera personal. Jesús dijo: «...quedaos...hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto» (Lucas 24:49).
El propósito de nuestra instrucción cristiana es establecer una correcta relación con las «necesidades» de Dios y Su voluntad. Una vez hayan quedado suplidas las «necesidades» de Dios en nosotros, Él abrirá el camino para que cumplamos Su voluntad, supliendo Sus «necesidades» en otros lugares.
Pon en primer lugar al Hijo de Dios. «Cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe» (Mateo 18:5). Dios vino como un recién nacido, dándose y confiándose a mí y espera que mi vida personal sea un «Belén». ¿Permito que mi vida natural sea transformada por la vida del Hijo de Dios morando en mí? El propósito fundamental de Dios es que Su Hijo sea manifestado a través de mí.