Rendirse Ante Jesús es la Clave
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. MARCOS 8.34
No podemos conocer a Jesús como el Mesías mientras no nos entreguemos a Él. Yo no podía conocerle como mi Salvador si no le entregaba mi vida. Pero le conocí. Hacer desfilar ante mí una infinita cantidad de milagros no hubiera probado nada.
Hay solo una razón por la que la gente que sabev la verdad del evangelio no está dispuesta a arrepentirse y creer. Es que no se ven como pobres, presos, ciegos y oprimidos
Los milagros están fuera del asunto. Usted nunca sabrá si Jesús puede salvar del infierno su alma, darle vida nueva, crear de nuevo su alma, poner allí su Espíritu Santo, perdonar su pecado, y llevarle al cielo mientras no le entregue totalmente su vida. Eso requiere negarse a uno mismo, llevar la cruz y seguirle en obediencia.
Hay solo una razón por la que la gente que sabe la verdad del evangelio no está dispuesta a arrepentirse y creer. Es que no se ven como pobres, presos, ciegos y oprimidos. Esto no tiene nada que ver con el estilo de música que ofrece su iglesia, ni el drama que presenta en su plataforma, ni la calidad de su presentación láser.
Tiene que ver con la mortandad espiritual y la ceguera del orgullo. Dios no ofrece nada a los que están contentos en su propia condición, excepto castigo. Si usted no piensa que se dirige al infierno y no piensa que necesita perdón, es porque no asigna ningún valor al evangelio de la gracia.
No se puede predicar la salvación, ni conducir a nadie a la salvación, ni alcanzar la salvación a menos que uno esté dispuesto a humillarse y reconocer su condición de pecador. De nuevo, esto es cuestión de negarse a uno mismo, ¿verdad?