Castillo Fuerte
"Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah"
Salmos 46:1-3
El Día la Reforma es un día dedicado para reconocer, recordar y celebrar la Reforma Protestante. En algunos países, se observa como un festivo o un día feriado oficial. Se recuerda a Martín Lutero y su desempeño en el movimiento de la Reforma que estableció los cinco principios de:
- Sólo Cristo
- Sólo Escritura
- Sólo Fe
- Sólo Gracia
- Sólo Gloria a Dios
Cada año se celebra el 31 de octubre porque aquel día de 1517, el doctor Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio, o La Iglesia de Todos los Santos, en Wittenberg, Alemania. Su acción causó furia y condujo a la Reforma de la Iglesia.
Lutero consiguió su doctorado en teología en Wittenberg donde se volvió un profesor respetado. De igual forma fue pastor asistente de la Iglesia del Palacio.
Eligió el 31 de octubre para su llamado a la reflexión porque cae antes del día de todos los santos. La Iglesia del Palacio, tendría la puerta abierta en la calle principal de la ciudad, un buen lugar para publicar una noticia al público. Él sabía que el siguiente día, primero de noviembre, Día de Todos los Santos, la iglesia estaría llena de congregantes, muchos educados y alfabetizados.
Martillar las 95 tesis en la puerta equivale a lo que hoy sería publicar un artículo, hacer una propaganda en el periódico o crear una página web. Hoy en día la Reforma se celebra el domingo anterior al 31 de octubre.
Martín Lutero escribió el himno «Castillo fuerte es nuestro Dios» a principios del siglo XVI, basado en el Salmo 46. Se inicia el himno con estos versos: "Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo; Con su poder nos librará, en este trance agudo."
Dice el salmista:
"Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah" (Salmos 46:1-3)
A todos nos gusta tener el control de nuestras vidas. Planificamos de acuerdo a nuestros intereses y nos sentimos muy orgullosos cuando logramos esos planes. Ser una persona de éxito es el mayor anhelo que tenemos en la actualidad.
Sobre todo los jóvenes están llenos de ideales, proyectos, deseos de hacer cosas buenas o que les reporten dinero, fama, disfrute.
Pero muchos de estos planes y sueños chocarán contra una dura realidad, que hay imponderables, situasiones que no podemos controlar. De pronto surge una enfermedad, alguien muere, hay una pandemia, sucede un incendio, un terremoto, una crisis económica u otra circunstancia que impide y frustra nuestros propósitos.
Cuando nos percatamos que no podemos controlar cada situación, comenzamos a experimentar temor. Si proyecto un viaje y ocurrre un accidente en la carretera, en el mar o en el aire y si algo malo les sucede a los que dejé en casa...? Y si no me resulta este negocio? Tal vez no me convenga asociarme con esta persona, casarme ahora o iniciar una relación...
Cuando somos jóvenes creemos que todo podremos lograrlo, mas con el tiempo nos damos cuenta que no siempre es así y podemos caer en desánimo, depresión y temor de emprender nuevos desafíos.
El temor, el miedo, es esa sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario; es un sentimiento de desconfianza que nos impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que deseamos.
Es verdad que muy pocas cosas podemos controlar en esta vida, sobre todo las cosas humanas, porque los objetos o cosas materiales en cierto modo son controlables, aunque también están expuestas al robo, al deterioro, al fuego, al agua, a la polilla, etc.
Pero no podemos continuar viviendo atemorizados por lo que pueda suceder. El salmista afirma que no temeremos «aunque» el mundo se caiga a pedazos, e imagina eventos que él ni nadie puede controlar:
"aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza..."
Cuando venga la hora de la prueba y nos veamos sometidos a todo tipo de circunstancias adversas, no tengamos miedo, no entremos en pánico ni nos dejemos llevar por emociones; tampoco hagamos caso de oponiones de falsos amigos.
Martín Lutero es un ejemplo de coraje ante la más grande adversidad. También es un ejemplo de fidelidad Dios y la Verdad. Se enfrentó a los dos más grandes poderes de su tiempo: la Iglesia y los reyes. Defendió lo que él consideraba la Verdad, arriesgando completamente su vida. Pero Dios lo sostuvo.
Lutero siguió el ejemplo de los apóstoles defendiendo la pureza de la doctrina con todas las herramientas que el Señor le había entregado: su cultura, conocimienuo y coraje.
¿Cómo podemos evitar el miedo? El Señor es nuestro refugio y nuestra fortaleza. Es un "castillo fuerte" en el cual protegernos y fortalecernos. Dios es nuestra fortaleza, fuerza y poder, Él es el Amigo que ayuda y que siempre está con nosotros. Por tanto, no debemos permitir que el miedo nos abrume y paralice, ya que "Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones."
El himno de Martín Lutero dice así:
Castillo Fuerte
1. Castillo fuerte es nuestro Dios,
Defensa y buen escudo
Con su poder nos librará
En todo trance agudo.
Con furia y con afán
Acósanos Satán:
Por armas deja ver
Astucia y gran poder;
Cual él no hay en la tierra.
2. Nuestro valor es nada aquí,
Con él todo es perdido;
Mas con nosotros luchará
De Dios el escogido.
Es nuestro Rey Jesús,
El que venció en la cruz,
Señor y Salvador,
Y siendo El solo Dios,
El triunfa en la batalla.
3. Y si demonios mil están
Prontos a devorarnos,
No temeremos, porque Dios
Sabrá cómo ampararnos.
¡Que muestre su vigor
Satán, y su furor!
Dañarnos no podrá,
Pues condenado es ya
Por la Palabra Santa.
4. Esa palabra del Señor,
Que el mundo no apetece,
Por el Espíritu de Dios
Muy firme permanece.
Nos pueden despojar
De bienes, nombre, hogar,
El cuerpo destruir,
Mas siempre ha de existir
De Dios el Reino eterno. Amén."