Pasaje de estudio: 2 Pedro 3:14-18
Versículo para memorizar: 2 Pedro 3:14
Esta lista es una excelente referencia para medir su progreso en su vida cristiana.
UN HAMBRE CADA VEZ MAYOR DE CONOCER A DIOS
Si estamos creciendo espiritualmente, anhelaremos conocer más y más a Dios. No estaremos satisfechos con el conocimiento que tenemos ahora de Su Persona o de Su manera de actuar; antes bien, tendremos ansias de conocerle más profundamente.
UN DESEO DE CONOCER LA VERDAD DE LA PALABRA
Una parte importante de nuestra madurez, es entender el poder y la importancia de la Palabra de Dios para nosotros. Debemos anhelar descubrir lo que dice la Biblia en cuanto a nuestras familias, iglesias, trabajos, y todas las demás cosas de nuestra vida.
UNA CONCIENCIA MAYOR DE NUESTRA PECAMINOSIDAD
A medida que tengamos más intimidad con el Señor, estaremos cada vez más conscientes de nuestra apremiante necesidad de Él. Esto no significa que los cristianos maduros deben verse a sí mismos como sin ningún valor.
Por el contrario, esta conciencia indica que nuestro espíritu que está madurando simplemente no tolerará los mismos pecados que una vez cometimos con tanta facilidad.
UNA RESPUESTA RÁPIDA Y CONTRITA AL PECADO
Si estamos creciendo espiritualmente, no podremos mantenernos fácilmente en el pecado. Si tropezamos, desearemos poner esa trasgresión a los pies del Señor y arrepentirnos verdaderamente de nuestras acciones lo más rápidamente posible.
UN DEPENDENCIA CADA VEZ MAYOR DEL ESPÍRITU SANTO
Los creyentes que están madurando dependerán cada vez más del Espíritu Santo, y aprenderán a confiar solamente en Dios para que Él les ayude a superar las circunstancias que parecen insoportables.
El crecimiento espiritual muchas veces se produce en medio de los períodos de mayor dolor y agitación. Nunca llegamos a ser conscientes de lo que Dios puede lograr a través de nosotros, hasta que nos encontramos en situaciones en las que nos sentimos totalmente desvalidos.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN
¿En qué áreas de su vida está usted teniendo problemas para ponerlas bajo el control de Dios?
¿Cuánto tiempo pasa usted cada día leyendo y meditando en la Palabra de Dios? Si usted tuviera que decir de qué manera distribuye su tiempo, ¿qué tan frecuente sería su estudio de la Biblia?