(1) El crecimiento hasta la madurez en Cristo es lo que la Biblia sugiere que se espera de todos los cristianos (Efesios 4:11-16).
(II) Sin madurez no puede haber liderazgo, y los líderes son necesarios para que la iglesia crezca, porque son los pastores del rebaño de Dios (1 Pedro 5:1-3).
(III) Solamente los cristianos maduros podrán mantenerse firmes con eficacia contra el diablo y los poderes de las tinieblas, y esto es lo que Dios quiere que hagamos (Mateo 12:29).
(IV) Solamente los cristianos maduros tienen un impacto duradero para Dios en el mundo de hoy.
(V) Es solamente el discípulo maduro quien, a través de su ejemplo amoroso, es capaz de transmitir el carácter de Jesús al mundo.
e) Recuerda
Ganar conversos añade números de creyentes nacidos de nuevo, pero el discipulado hace discípulos que son reproductores maduros que en su turno multiplicarán los números de creyentes-discípulos nacidos de nuevo.
f) El costo de ser un discípulo verdadero
El discipulado es un asunto muy serio. Es algo costoso; así es como Jesús mismo lo veía. ¡No empezó ofreciendo a sus discípulos un mar de rosas!
Dejó absolutamente claro desde el principio lo que implicaba. Para ser un discípulo de Jesús necesitamos llevar nuestra propia cruz y seguir a Jesús (Lucas 14:27). Necesitamos dar toda nuestra vida y todo lo que tenemos a Dios, para que lo use de acuerdo con su voluntad.
g) Muchos se han conformado con menos
Muchos cristianos se han conformado con una forma de discipulado que no se parece mucho a las enseñanzas y expectaciones de Jesús.
Sus palabras son muchas veces comprometidas por conveniencia o para evitar costo personal. Como resultado, muchos cristianos dejan de ser los testigos que Dios quiere que sean, y la iglesia es considerada débil, ineficaz o irrelevante.
Los hijos de Dios han de mostrar al mundo la presencia transformadora de Jesús en sus vidas. Incluso dentro de la iglesia muchos cristianos encuentran el mínimo denominador común y se acomodan allí, esto es, que siguen a la persona peor o menos efectiva. Dios quiere que imitemos a sus mejores personas y sobre todo a Jesús mismo
(1 Corintios 11:1).
h) Contar el costo
Dios llama a sus hijos a enfrentarse con las verdaderas implicaciones de un discipulado personal, a ser fieles y obedientes al Señor, cueste lo que les cueste. Por amor a Jesús, están dispuestos a aplicar sus valores a sus vidas. Un discipulado sin costo no es un discipulado verdadero.
Los cristianos son llamados a negarse a sí mismos y tomar su cruz diariamente para poder seguir a Cristo Jesús. Su cruz no es una carga impuesta a ellos, sino algo que emprenden voluntariamente por amor del evangelio.
Dios tiene el primer lugar en sus vidas, antes de considerarse a sí mismos o incluso a los demás: Su voluntad tiene preferencia sobre cualquier otra cosa. Poner a Dios primero es lo mejor, tanto para los discípulos como para todos sus amados.
Como Jesús exigió un precio tan alto por el discipulado, desafió a todos a contar el costo primero (Lucas 9:57-62; Juan 6:60-66; Marcos 10:17-31). En vista del alto precio del discipulado que Jesús requería, no es sorprendente que terminara con pocos seguidores profundamente comprometidos: pero aquellos pocos fueron suficientes para cambiar el mundo.
i) El verdadero discipulado nos costará todo
(1) Vivir como discípulo no es una opción extra, sino el compromiso normal del cristiano que Jesús espera de todos sus seguidores.
(II) Un discípulo verdadero se da cuenta y acepta que Jesús merece en justicia ser el Señor de su vida entera. (Juan 13:13; Apocalipsis 19:16; 22; Lucas 22:28-30).
(III) Un discípulo verdadero es una persona que ha creído las palabras de Cristo y ha comprometido su vida a Cristo Jesús.
(IV) Es importante darse cuenta de que los discípulos de Jesús no pueden ser poco entusiastas o mediocres en nada que hagan, porque han de seguir a Jesús, y El vivió y murió por los principios del Reino de Dios.