Algunas de esas palabras no se han cumplido todavía, pero yo las recibí cuando niño, inclusive, las recuerdo en mi espíritu. Y esas palabras guían a uno, traen instrucción.
El nosotros venir aquí a Boston fue una palabra también así instructiva. Bueno, el caso, es larga la historia, cuando el pastor Vergara anunció que se iba me dejaron a mí, de nuevo, otra obra de fe que hizo en la congregación, ayudándolos como laico mientras yo continuaba con mis estudios doctorales.
Y el Señor continuó hablando a mi vida esa palabra, ¿no? Y ya entonces con el trabajo pastoral informal, Dios fue confirmando el llamado y la congregación también escuchó el llamado de Dios sobre mi vida y me ofrecieron que si yo quería ser su pastor.
Y yo acepté, porque ya esas palabras habían estado trabajando en mi espíritu, en el espíritu de mi esposa, y ya como que ayudaron para que el proceso que yo estaba viviendo de observar la vivencia fuera informado por la palabra que Dios había implantado en mi espíritu y todo eso se juntó de manera que ya para el año 1986 yo me estaba ordenando como pastor y los pobres ustedes, han tenido que sufrirme por 23 años y sufrir mis experimentos en el pastorado.
Pero así es que Dios obra. La palabra profética trae dirección. La palabra profética trae instrucción. La palabra profética puede traer confirmación de algo que tu has sentido y también puede ser una palabra de comisión, para comisionar a una persona en el ministerio.
Piensen en Samuel cuando llega a la casa de David y lo unge porque Dios ha enviado a Samuel para que unja a David como rey sustituto de Saúl. Y entonces Dios, a través de Samuel, unge a David y se desata una cadena de eventos inmediatamente porque es lo que pasa.
La palabra profética muchas veces desata, vamos a hablar acerca de eso un poquito más adelante. Muchas veces desata circunstancias, desata llamados, desata dones, por medio de la palabra ungida y autorizada por el Espíritu Santo.
David recibe esa unción, Samuel se va por su camino, pero inmediatamente comienza la realidad de David a configurarse según esa palabra. Un día va a visitar a sus hermanos en los campos de guerra a llevarles unos quesos y unas galletas ‘salt in crackers’ allá y allí escucha a Goliat retando al pueblo de Dios, maldiciendo al Dios de Israel.
David se llena del Espíritu Santo, porque ya tiene la imprenta de Dios, la palabra profética corriendo dentro de él, confronta ustedes saben la historia, al gigante, le tumba la cabeza, atrae la atención del presidente de la nación. Entra enseguida a un plano muy alto político militar del país y entonces tiene que huir.
Está muchos años huyendo de Saúl, pero la palabra profética lo está persiguiendo. Y ¿qué pasa? Finalmente, al cabo del tiempo, David es instalado como rey según la palabra profética que Samuel había desatado.
Porque muchas veces las palabras proféticas se toman mucho tiempo para cumplirse. Y nosotros tenemos que aprender a, como dijera yo, a proteger la palabra profética que Dios ha puesto en nuestros corazones y a guardarla allí.
No dejes que nadie te arranque.... Una palabra que Dios dio, porque haya pasado el tiempo, no dejes que nadie te la arranque, no dejes que la duda se la coma tampoco, no dejes que vengan los cuervos y la arranquen de tu corazón o de tu sensibilidad. Mantén esa palabra, ámala, échale aire para que se sople, busca formas de desarrollarla, ora sobre ella y ámala y ora para que el Señor la haga una realidad. Porque puede tomarse a veces muchos años, una vez que una palabra es dada.
Pero el caso es que todas estas son funciones del don profético, es una habilidad especial que Dios da a miembros del cuerpo de Cristo para recibir y comunicar un mensaje inmediato de parte de Dios a un individuo, un grupo de personas, una iglesia, para un propósito específico que puede ser confrontación, edificación, consolación, dirección, instrucción o comisión, comisionar a alguien.
Entonces habiendo dicho eso, ya tienen suficiente, ¿quieren irse para la casa o tenemos tiempo para un poquito más? Esa es la definición de lo que es la profecía. Déjenme darles unas notas aquí que son puntales acerca del don de profecía.
Número uno: La profecía existe porque Dios es un Dios que habla y comunica su verdad en la historia.
Dios es un Dios comunicador. Dios es un Dios que habla. Dios es un Dios que habla continuamente, de hecho, Dios no simplemente dio su revelación general, la Biblia, y luego se acostó en algún planeta del universo a esperar a que todas las cosas sucedieran para entonces continuar su trato con la humanidad. Dios ha continuado hablando, Dios es un Dios comunicador. Dios es Dios gregario.
Dios es un Dios social. Ahí tenemos la Trinidad, que es la sociedad más hermosa y más armoniosa del universo. Pero a Dios le encanta comunicarse con sus criaturas también.
Entonces, Dios está continuamente hablando y Dios quiere comunicarse contigo y conmigo en situaciones de la vida, darnos instrucciones, compartir su corazón para con nosotros, animarnos en tiempo de prueba y necesidad y darnos consejos para la vida. Entonces, eso es lo que hace la profecía.
La profecía es un pan sacado del horno del corazón de Dios para una necesidad específica, para ponerlo así en esa forma metafórica. La profecía existe porque Dios es un Dios que habla y que comunica a su pueblo.
En segundo lugar, la profecía suplementa la revelación general de Dios, pero es inferior a ella. Dios..... ¿cuál es la revelación general de Dios ? La Biblia, hay por lo menos una persona que está atenta aquí.
Es la revelación general de Dios, es una revelación que Dios ha dado para toda la humanidad y esa palabra fue emitida hace siglos atrás, pero esa palabra también necesita ser como actualizada, puesta al día, aplicada a situaciones específicas. Y Dios ha provisto, entre otras cosas, la profecía, muchas veces para suplementar.
Yo les decía a los hermanos, el sistema de gobierno de los Estados Unidos proveyó una constitución que es inviolable, está allí, es un documento absolutamente fijo y firme, pero los que fraguaron la constitución proveyeron también provisiones para enmiendas constitucionales que permiten que la constitución respire y se expanda y se contraiga según las diversas necesidades históricas que surgen en el curso de la vida de la nación norteamericana. Entonces, las enmiendas han sido como ajustes.
Y yo creo que en un sentido parcial eso es lo que hace la profecía. La profecía trae ajustes de parte de la boca de Dios para gente específica, congregaciones específicas, generaciones específicas. Por ejemplo, para mí, yo creo que cuando Martín Lutero, el gran reformados de la iglesia comenzó su ministerio en el siglo XVI él era una voz profética en un tiempo en que la iglesia había perdido su visión, había perdido su derrotero, se habían enmarañado en el mundo y la política, y el diablo había metido a la iglesia en un fango de política, de materialismo, de corrupción, de falta de visión, y el pueblo perecía, Dios levanta una voz profética para que enderece otra vez la iglesia y para que su revelación no fuera malgastada y entonces provee una influencia profética en ese tiempo.
Entonces, la palabra profética suplementa, pero es inferior, recuerde eso siempre. Cualquier palabra profética que usted reciba tiene que estar de acuerdo con la palabra de Dios, y si no mándese corriendo y deje ese profeta falso lo más lejos de usted posible, o repréndalo en el nombre del Señor, porque cualquier cosa que contradice la palabra de Dios está fuera de lugar.
La palabra de Dios es soberana, sobre toda revelación, toda enseñanza, toda doctrina, todo lo que se comparta al pueblo de Dios. Por eso es importante que nosotros conozcamos la palabra para saber cómo discernir lo que es de Dios y lo que no es de Dios, sobretodo en un tiempo, como dice la palabra, que en los últimos días se multiplicarán los maestros y la gente tendrá una inquietud de oír y se amontonará gente dándole a los oyentes lo que quieren oír, que inclusive es falso, para su perdición.
Y por eso se necesita mucho discernimiento espiritual, inclusive desde el púlpito mismo, aún lo que yo digo como su pastor, hermanos, sométanlo al escrutinio de la palabra de Dios. Porque uno a veces le puede chispotear algo ahí en el cerebro y después uno dice, guau,... y uno no darse cuenta.
Se necesita gente madura, estamos en tiempos peligrosos.
De la televisión, de la radio, se escuchan cosas que no son de Dios y que desvían al pueblo de Dios y tenemos que preguntarnos, ¿eso que estoy escuchando está conforme a la palabra de Dios? Inclusive, ese espíritu que está emanando de esa persona, ¿es conforme al espíritu de Dios? Porque la Biblia dice que según su fruto los conoceréis. Hay veces que hay una persona que va a estar predicando, está más o menos bien, pero algo en tu espíritu dice, como que yo no se, hay algo allí.... y escucha esa voz, somete a oración y no te abalances demasiado rápido porque hoy en día se cuecen habas dondequiera, hermanos, es peligros hoy en día, así que se necesita.... La Biblia es una revelación general de Dios suplementada por la profecía, la cual es inferior a ella.
Tercer lugar, la Biblia es revelación universal para todos los tiempos. La profecía es específica, para un tiempo específico. La palabra de Dios es valedera desde el siglo I hasta el siglo XXI. ¿Cuántos dicen amen a eso? Es universal para todo el mundo.
Nadie puede decir esa palabra no me aplica a mí, yo me voy a salir de ella, es aplicable para todos tiempos. Ahora, la profecía es más específica, es para una persona, para una congregación, para una generación, para un tiempo específico, y siempre, de nuevo, la revelación de Dios es más alta, más amplia, más abarcadora que la palabra profética.
En cuarto lugar, la Biblia es incuestionable.
La profecía debe ser juzgada. No toda profecía es de Dios. Si la Biblia dice, hermanos, que Jesucristo caminó sobre las aguas, créelo y no hagas preguntas. Yo digo que si la Biblia dice que Cristo caminó sobre las aguas, yo digo, ni los tenis se le mojaron cuando caminaba sobre las aguas porque yo creo lo que dice la palabra del Señor.
Si la Biblia dice que la ballena se tragó a Jonás, yo digo, gloria a Dios, yo se que así fue, aunque no he visto una ballena jamás tragarse un hombre, pero hay... una ballena fácilmente sí podría tragarse un hombre.
Pero el caso es que la Biblia es incuestionable. Ahora, la profecía debe ser discernida y juzgada. Y si tu oyes un profeta por allí que se molesta porque la gente está diciendo, ¿será esto de Dios o no? Vamos a someterlo al consejo de Dios, etc, esa persona, yo díría, que si no es falso profeta está muy mal dirigida.
Porque yo mismo, no debo ofenderme de que ustedes sometan mi predicación al escrutinio de la palabra de Dios. Yo creo que ese es su derecho y es su deber, inclusive, y los animo a hacerlo.
Cualquier persona que diga que tiene el don profético debe estar sujeta al escrutinio y al juicio de la congregación y ser humilde al respecto.
Y la congregación debe usar su juicio y enseguida que alguien comienza a profetizar todas esas antenitas como Mi marciano favorito, uuuuuuuu, comienza a levantarse y la gente a discernir, ¿esto es de Dios o no? ¿Qué dice la palabra del Señor, qué sentimiento está emitiendo esa persona, está siendo de edificación o de fortalecimiento para la iglesia? Todas estas cosas, y eso es parte del proceso profético, hermanos, eso es de Dios.
La Biblia es incuestionable, la profecía debe ser discernida, debe ser evaluada.