En quinto lugar, la Biblia no contiene error, pero la profecía puede tener error. Inclusive una persona puede estar correcta en lo profético en un 70%, pero hay un 30% de la carne que se le metió allí en la profecía, y uno tiene a veces que discernir.
Por eso el Apóstol Pablo dice, ‘examinadlo todo, en conexión con la profecía, y retened lo bueno’. Y de nuevo los profetas o las personas que sienten que tienen un llamado profético deben ser humildes al respecto también y estar concientes de que hay fragilidad humana que interviene muchas veces con el don profético, con el mover profético de Dios y deben someter su revelación profética con mucha delicadeza, humildad, y un carácter tentativo delante de la persona o de la iglesia a la cual están.....
Muchas veces yo creo que las personas con dones proféticos padecen de cierto orgullo espiritual y creen que porque son sometidos al escrutinio pastoral o lo que sea, como que se le está subestimando o que la persona no es ungida, etc. y a veces demandan demasiado para en realidad lo que es el estado actual de la profecía en nuestro tiempo.
Así que la Biblia no contiene error, pero la profecía puede contener y contiene error en muchas ocasiones.
Sexto lugar, la profecía es tanto declarar como predecir. En inglés hablan de ‘forthtelling’ y ‘foretelling’. Hay una dimensión de la profecía que es más como declarar, puede ser declarar un hecho, por ejemplo, los profetas renovadores que hablaron contra la injusticia no están prediciendo, va a suceder esto.... Mucha gente cree que la profecía es como la adivinanza, es como la adivinación, que es simplemente predecir el futuro.
No necesariamente, hay profetas que no hicieron ningún acto milagroso, ni tampoco predijeron nada acerca del futuro pero se limitaron a declarar cosas, a denunciar injusticias, a corregir los defectos que había en la vida del pueblo de Dios, pero nunca se movieron en profecía predictiva.
Así que la profecía puede ser declarar la verdad de Dios a un pueblo. Ahora, también tiene una dimensión que es predecir el futuro, algo que va a suceder en una iglesia, en la vida de una persona, en una comunidad.
Daniel, por ejemplo, es un profeta que todavía sus predicciones están... hay algunas que todavía faltan por cumplirse. Hay una dimensión.... Juan en el Libro de Revelación, o de Apocalipsis se movió en ese aspecto predictor de la profecía, pero no toda profecía predice el futuro, puede ser simplemente una declaración de una verdad de Dios.
Séptimo lugar, estoy viendo los suficientemente rápido, hermanos, o quieren que vaya más rápido todavía. La palabra profética a veces predice lo que va a suceder, escuche esto, esto es lo que yo llamo su función pasiva, predecir lo que va a suceder pero también libera, esto es muy profundo, libera en el tiempo y el espacio lo que Dios quiere que pase.
Por ejemplo, un ministerio, un don, una sanidad, un milagro.
En otras palabras, la profecía, muchas veces puede simplemente limitarse a traer la voluntad de Dios al conocimiento de las personas y a declarar algo que Dios quiere que se sepa, pero en ocasiones también, la palabra profética puede adquirir una dimensión de desatar en el mundo del tiempo y el espacio ciertas cosas que Dios quiere que sucedan o que se desaten en la vida de una persona.
Por ejemplo, Pablo habla a Timoteo y le dice, ‘te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti, por medio de la imposición de mis manos..’
Pablo habla de que quiere ir a Roma y comunicarles algún don a los romanos porque el hombre, la mujer de Dios provista por el don profético puede declarar cosas en la vida de una persona que comienzan a desatar el destino de ese individuo.
La palabra profética puede ser como una llave que abre cosas en el mundo del tiempo y del espacio y que Dios honra en el cielo. Cuando Elías dice, ‘Vive Jehová, ante cuya presencia estoy, que no lloverá sobre Israel excepto por mi palabra...’ inmediatamente se trancan los cielos, y cualquier nubecita que hubiera por allí huye rápidamente y se va a otro país.
Se cierra el mundo climatológico sobre Israel, en el sentido de lluvia, porque la palabra profética obra sobre la realidad. Cuando Pablo le dice al mago falso Elimas, ‘ahora mismo, por mi palabra, vas a quedar ciego por oponerte al Evangelio y no vas a ver por unos días...’ y Elimas queda totalmente ciego inmediatamente. La palabra profética actuó.
Yo he visto en mi ministerio casos muy escogidos que Dios me ha dado una palabra para una persona y al cabo del tiempo, esa persona viene y me dice, ‘Pastor, todo lo que usted dijo comenzó una serie de cosas en mi vida que fue exactamente como usted dijo...’ Y yo di la palabra en el sentido de así que, al yo declarar esa palabra yo sabía que Dios iba a comenzar una serie de eventos, que lo que yo estaba diciendo se iba a hacer realidad en la vida de esa persona, por eso lo estaba diciendo. Porque la palabra de Dios emitida en el don de la profecía desata cosas.
Cuando Samuel unge a David y le dice, ‘tu vas a ser rey de Israel’, esa palabra comienza enseguida a configurar el mundo de afuera y de adentro de David para que se cumpliera lo que él declaraba. Entonces, puede liberar en el tiempo y el espacio lo que Dios quiere que pase.
En octavo lugar, hay una diferencia entre el don de profecía, escuche esto, entre el don de profecía y el oficio del profeta. Todos pueden profetizar, pero no todos pueden ser profetas.
Es decir, todo cristiano puede, usado por el Espíritu Santo y en un momento dado, ser tomado por Dios y dar una palabra profética, una palabra de edificación a la iglesia, una palabra de consejo a alguien en el espíritu, pero eso no quiere decir que esa persona sea un profeta o una profetiza.
Ahora, todo profeta, toda profetiza se mueve en el don de profecía. No es la misma cosas. Es como el don de sanidad: todo creyente puede ser usado por Dios en un momento dado para proferir una palabra de sanidad, u orar por alguien y esa persona ser sanada, pero eso no quiere decir que esa persona se mueve en el don de sanidad.
¿Usted entiende?
El profeta, la profetiza de Dios es una persona muy escogida. Yo creo que son muy pocos los profetas que caminan sobre la tierra en este tiempo. Es un oficio que Dios escoge a una persona para que se mueva en una forma especial.
Por ejemplo, muy pocos en el Nuevo Testamento profetas se señalan. El único que claramente es designado como profeta en el Nuevo Testamento es Agabo, en el Capítulo 19. No se le ocurra llamar a su hijo Agabo, por favor. Es caso es que, si hay alguien, perdónenme, me cubro en salud, pero Agabo es el único.... dice que Agabo tenía 4 hijas, imagínese, que profetizaban, dice que profetizaban. No eran profetizas, pero a él se le llama profeta.
Entonces, todos podemos profetizar, dice el Apóstol Pablo, pero no todos somos profetas o profetizas, recuerde eso bien. Son dos cosas diferentes.
En noveno lugar, el don de profecía existe para informar, aconsejar, advertir a una persona, a una congregación de parte de Dios. Es una forma de proveerle dirección actual, al día al pueblo de Dios. Eso ya lo hemos cubierto.
Número diez, la profecía puede ser una ayuda para la evangelización o para la vida diaria del pueblo de Dios. Vemos allí por ejemplo, con esto de Elimas, este mago falso, Pablo le está predicando allí a un oficial del imperio romano que está interesado en el Evangelio y el pobre Pablo está allí hablándole a este oficial que tiene interés en las cosas del Evangelio, y está ávido de escuchar, y aquí está este mago que se le está yendo el dinero, el negocio que tenía con este hombre, contradiciendo a Pablo y continuamente oponiéndose a lo que Pablo está diciendo hasta que Pablo exasperado, y tomado por el Espíritu Santo le dice, ‘Oh, hijo del diablo, parece que había sido enseñado por Yiye Ávila, hijo del diablo, que te opones a las cosas de Dios, ¿cuándo dejarás de oponerte? Y ahora yo declaro que vas a quedar ciego y no vas a ver por unos días’, y enseguida caen tinieblas sobre los ojos de Elimas y hay que llevarlo guiado y el oficial romano al ver esto cree en el Señor Jesucristo y entrega su vida al Señor. ¿Por qué? Porque los dones son dados, entre otras cosas, para ayudar a la iglesia en el trabajo de la evangelización.
El Apóstol Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 14, versículos 24 y 25, hablando de hecho, correctivamente del don de profecía, dice aquí, ‘Pero si todos profetizan, hablando en el contexto de la iglesia, ... pero si todos profetizan y entra algún incrédulo o inconverso por todos es convencido....’
¿Qué pasa? Si hay una iglesia donde el don profético se está moviendo con genuino poder, viene una persona inconversa, dice cuando hay esa palabra profética por todos, es como si todo el mundo estuviera como dirigiéndose a él, ‘..... por todos es convencido, por todos es juzgado, lo oculto de su corazón se hace manifiesto y así postrándose sobre el rostro adorará a Dios declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros....’
Es una de las cosas bellas, cuando el don profético se está moviendo en una forma genuina, en el pueblo de Dios la gente inconversa viene y es impactada. ¿Cuántas veces usted ha escuchado a alguien ir a una iglesia y decir, ‘el pastor era como si me estaba leyendo mis emails y quién le dijo al pastor que yo estaba pasando por esto, esto o lo otro’.
Nada, el Espíritu Santo usó la palabra profética a través de la predicación para redargüir y tocar el corazón de alguien, y eso es un impacto tremendo sobre la vida de la persona, porque el don profético sobre todo es eso, para impactar a la gente incrédula y traerla al conocimiento del Señor Jesucristo.
Voy a añadir algo importante aquí, voy el punto número 11, ya voy casi terminando. Personalmente, hermanos, yo he observado que la profecía puede ser de gran bendición pero también muy peligrosa y dañina si no se maneja con madurez y sobriedad. Puede ser de gran bendición pero así puede ser dañina también. ¿Por qué?
Número 1, porque hay gente que muchas veces cree que tiene el don de profecía pero no lo tiene. Hay que gente que se equivoca. ¿Cuántas gentes son pastores pero no tienen el llamado pastoral? Y lo que hacen es hacer desastre muchas veces. O cojear allí todo el tiempo y sus iglesias no son bendecidas, porque se equivocaron del llamado.
Así hay personas que creen que tienen el don profético, pero no lo tienen y muchas veces lo que hacen es hacer daño, usando algo que no tiene el respaldo del Espíritu Santo.
En segundo lugar, puede ser dañina porque hay gente inestable emocionalmente que ejerce el don y lo pone en desprestigio y también hace daño.
Uno de los grandes misterios que yo he visto a través de mi tiempo en el pastorado y observando otros medios cristianos, es que hay veces que los dones sobrenaturales, como que atraen en una manera muy rara a personas que tienen ciertas debilidades estructurales en sus emociones.
Y por alguna forma extrañísima, que eso data de hecho, yo he visto eso a través de la literatura medieval, a través de la antropología, hay una extraña confluencia entre la inestabilidad emocional y el mover espiritual. Es que la persona que tiene como una partecita de su mente abierta a la neurosis, como que también por ahí se filtra un poco de lo espiritual.
Yo no se, eso es una rareza muy larga de explicar, y la aventuro con mucho temor y temblor.
Pero el caso es que a veces la locura puede abrir acceso a lo sobrenatural, hermanos, eso es así. Estoy hablando aquí en términos psiquiátricos, psicoterapéuticos así que olvídense, no se meta demasiado en ese abismo.
Lo que quiero decir es que muchas veces hay personas en las congregaciones que tienen cierta inestabilidad emocional, se mueven en el don profético, y como no tienen la madurez, la solidez personal adecuada, pueden causar daño. Por eso es tan importante que siempre en las iglesias donde se mueve el Espíritu Santo haya autoridad pastora, que haya ancianos espirituales, que haya gente madura estabilizando.
Y los profetas deben siempre ceñirse a la autoridad pastoral en el contexto de la iglesia. Es una de las grandes controversias a través de la iglesia que muchas veces el don profético no quiere ceñirse al don pastoral, porque dicen, hey, yo no voy a respetar a este pastorcito aquí, si yo tengo revelación de parte de Dios.
No, cada uno en su lugar. En la iglesia el pastor guía, los ancianos rigen. Dios les ha dado a ellos la autoridad gubernamental de presidir sobre la iglesia y los dones tienen que ceñirse en forma jerárquica a esa autoridad pastoral.
¿Cuántos pueden decir amen aunque no estén convencidos de lo que estoy diciendo? Es importante, ¿por qué? Porque muchas veces el don profético se puede mover en una forma inestable y se necesita gente sobria, bíblicamente instruida que pueda mantener el orden y corregir los excesos, como hace Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 14.
Ahora bien, a veces la profecía se puede ejercer, también, esto es otra razón por la cual también puede ser dañina, se puede ejercer en forma desordenada y excesivamente y hacer daño a visitantes, a nuevos creyentes y aún a gente madura en la iglesia.
Por eso Pablo dice, ‘mira si ustedes se ponen todos ahí a hablar en lenguas, un lenguaraje tremendo, todo el mundo, cada uno por allá saltando, uno por aquí.... dice, viene un inconverso y dirán, ‘esta gente está loca, hay que llevarla al manicomio a todos’. Ese es el Apóstol Pablo hablando, si no me cree busque Primera de Corintios, Capítulo 14.
Muchas veces el uso de los dones tiene que ceñirse a la razón, a la estética, al orden, a la efectividad evangelísticas. Los dones no son fines en sí mismos, hermanos. Hay que preguntase ¿qué bendición está trayendo el uso del don? Si no está trayendo bendición, póngalo a un lado, hermano, el don no es nada excepto si es de bendición al pueblo de Dios.
El Apóstol Pablo dice que un día todos los dones terminarán y lo único que quedará será el amor, porque lo demás ya no será necesario.