Asumiendo este marco evolutivo, los críticos del siglo XIX cuestionaron la idea de que la Biblia sea consistentemente monoteísta. Hubo un continuo debate en torno a cuándo comenzó el monoteísmo en Israel. Los más conservadores de estos críticos decían que había indicios de ello en tiempos de Abraham.
Ver los tres temas que componen este Estudio Biblico de RC Sproul
1- La Evolución de las Religiones; y
2- LA BIBLIA, Monoteista desde un Principio
3- Si Dios es Uno, ¿Cómo puede ser tres?
Otros decían que el monoteísmo no comenzó sino hasta el tiempo de Moisés. Algunos incluso rechazaban la idea de que Moisés fuera monoteísta, diciendo que el monoteísmo no empezó sino en tiempos de los profetas, tales como Isaías, alrededor del siglo VIII a.C.
Unos pocos eran aun más escépticos, y aducían que el monoteísmo no comenzó sino hasta después del exilio de Israel en Babilonia, convirtiéndolo en un desarrollo más bien reciente en la religión judía. Por lo tanto, la academia ortodoxa ha tenido que batallar durante los últimos cien y tantos años por defender la idea de la unidad de Dios en la Escritura.
Los argumentos ortodoxos sostienen que el monoteísmo estuvo presente en el comienzo mismo de la historia bíblica. Ya en el primer verso de la Escritura leemos, “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra”. La narración de la creación afirma que el Dios que se presenta en la primera página del Pentateuco posee la creación entera como su dominio, no solo las limitadas fronteras del Israel del Antiguo Testamento. Dios es soberano sobre el cielo y la tierra, por haberlos creado con la palabra de su mandato.
Los críticos a menudo observan que en los primeros capítulos de la Escritura hay una vacilación entre dos nombres para Dios. Por una parte, se le llama Jehová o Yahvé; por otra parte, se le llama Elohim. Ese nombre, Elohim, es interesante, porque el sufijo him es la terminación plural del pronombre hebreo, por lo que el nombre Elohim se podría traducir como “dioses”.
Sin embargo, si bien el nombre Elohim tiene una terminación plural, siempre aparece con formas verbales en singular. En consecuencia, el escritor estaba diciendo algo que no podría interpretarse como “muchos dioses”. Además, como observamos anteriormente, Dios se nos revela en los capítulos iniciales de Génesis como el único soberano sobre todas las cosas. Por lo tanto, pienso que quienes sostienen que el nombre Elohim señala hacia el politeísmo están arribando a una conclusión errada.
Cuando llegamos a Éxodo 20, el relato de la entrega de la ley, vemos que el primer mandamiento que Dios dio en el Sinaí era firmemente monoteísta. Dios dijo, “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (v. 3). Algunos dirían que este verso es una evidencia de henoteísmo, porque Dios está implicando que hay otros dioses, y el mandamiento declara que el pueblo no debe dejar que esos dioses lo superen a él; Dios debe ser la deidad principal en sus vidas. Pero el hebreo indica que cuando Dios dice “delante de mí”, quiere decir “en mi presencia”.
Su presencia, desde luego, es ubicua; él es omnipresente. Así que cuando Dios dice “No tendrás dioses ajenos delante de mí”, básicamente está diciendo que cuando una persona adora a cualquier cosa aparte de él, ya sea que esa persona viva en Israel, Canaán, Filistea, o cualquier otro lugar, se está involucrando en un acto de idolatría, porque solo hay un Dios.
El segundo mandamiento, por lo tanto, refuerza el primero con su prohibición absoluta de cualquier forma de idolatría.
Más adelante en el Pentateuco, encontramos una sorprendente declaración de monoteísmo. Se encuentra en el Shema, la antigua confesión israelita de su creencia en un Dios: “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno” (Deuteronomio 6:4).
En los libros proféticos, vemos una diatriba casi constante contra los falsos dioses de otras religiones. No se ve a estos dioses como deidades rivales, sino como ídolos inútiles. De hecho, es característico en los profetas burlarse de las personas que adoran árboles, estatuas, y otras cosas que han hecho con sus propias manos, como si un pedazo de madera pudiera ser habitado por un ser inteligente. Ellos ridiculizan de continuo el animismo y el politeísmo.
Estas declaraciones de monoteísmo son una extraordinaria dimensión de la fe del Antiguo Testamento debido a lo inusitado de tales afirmaciones en el mundo antiguo. La mayoría de las culturas de la antigüedad de las cuales contamos con registros históricos no eran monoteístas.
Algunos han sostenido que los egipcios fueron los primeros monoteístas debido a su adoración a Ra, el dios sol, pero hay algo único en el monoteísmo propio de la fe del Antiguo Testamento. La idea de que hay un solo Dios se estableció firmemente en la religión de Israel desde las primeras páginas del Antiguo Testamento.