LAS POSIBILIDADES DE LA ORACIÓN DEL VENCEDOR
Orando. . . con toda oración. . .
Para ser una palabra tan pequeña, el término toda tiene un significado realmente amplio. Significa que se puede poner todo en la canasta. No hay límites. Tampoco hay exclusiones. La gama entera. Absolutamente todo. Aquí, la descripción de la palabra «oración» abarca todas las clases de oración que te puedas imaginar.
Sin embargo, Pablo va más allá aún. Nos dice que no hay nada por lo que no se pueda orar, ni hay situación en la cual la oración no sea útil. Stuart Briscoe escribió: «Cuando nuestros hijos eran pequeños y nosotros estábamos tratando de enseñarles a orar, teníamos tres clases de oración:
“Oraciones de por favor”, “Oraciones de muchas gracias” y “Oraciones de lo siento”».3 Dentro de esas tres clases de oraciones, las oraciones de petición, las oraciones de acción de gracias y las oraciones de confesión, pueden caber cuanto momento, lugar o necesidad tengamos.
ORA EN TODA OCASIÓN
Tanto si estás esperando a que cambie la luz del semáforo, como si estás esperando en la escuela a recoger a tu hijo, o en la sala de la clínica para ver al médico o al dentista, o lavando la ropa de la casa, o cortando el césped, cada vez que tengas un momento de estos, mantén abiertas las líneas de comunicación entre tu persona y el trono de Dios.
Si te parece que a esas ocasiones les falta la reverencia que debería acompañar a la oración, ten en cuenta los momentos en que las Escrituras nos dicen que oremos: cuando nos sentimos agradecidos (2 Corintios 1.11; Filipenses 1.3), cuando necesitamos confesar un pecado (Santiago 5:16), cuando estamos enfermos (James 5:14), cuando nos hallamos en peligro (Hechos 27.29), cuando somos tentados (Mateo 26.41).
Oramos en ocasiones públicas como las reuniones de la iglesia (Hechos 12.5) y los grupos de oración (Hechos 12.12). Oramos en las ocasiones sociales y festivas, como las bodas, las fiestas o las cenas.
ORA EN TODO LUGAR
Hoy en día oramos alrededor de la mesa de la cena, en las clases de Biblia, junto a nuestra cama, mientras trotamos o caminamos y en nuestros propios devocionales personales. ¡Todos esos momentos son excelentes para la oración!
Las personas del Nuevo Testamento (algunas veces el Señor mismo) oraban en los lugares siguientes: en un lugar solitario (Marcos 1.35), en un monte (Mateo 14:23), en el templo (Lucas 2.37),
en el techo de una casa (Hechos 10.9), dentro de una casa (Hechos 10.30), en la iglesia (Hechos 12.5), a la orilla de un río (Hechos 16.13), en un barco (Hechos 27.29), en la prisión (Hechos 16.25), y se exhorta a los creyentes a orar en su propia habitación (Mateo 6.6); como dice la versión Reina-Valera, en su «aposento».
ORA EN TODO TIEMPO
En el Nuevo Testamento se recogen oraciones hechas antes del amanecer (Marcos 1.35), en el día de reposo (Hechos 6.13), estando solos (Lucas 19:18), estando juntos (Hechos 2.42), durante toda la noche (Lucas 6.12), noche y día (1 Timoteo 5:5) y sin cesar (Hechos 6.4). Debemos orar en medio de la enfermedad y de la salud, y a toda hora. No existe momento alguno en el que no podamos orar.
ORA POR TODAS LAS COSAS
Hacer una lista exhaustiva de las cosas por las cuales oraban las personas del Nuevo Testamento sería. . . ¡agotador! Sin embargo, mencionaremos unas cuantas; oraban (o se les exhortaba a orar) para pedir seguridad (Mateo 24.20), perdón (Mark 11.25), alimento (Lucas 11.3), fe (Lucas 22.32), por otras personas (Juan 17.9),
por sanidad (Santiago 5:14), sabiduría espiritual (Efesios 1.17), alivio de sus sufrimientos (Santiago 5:13), lluvia (Santiago 5:18), hijos (Lucas 1.13), salud y prosperidad (3 Juan 2) y fortaleza espiritual (Mateo 26.41).
En otras palabras, ¡no hay límites! Debemos orar por asuntos personales, asuntos de nuestro hogar, asuntos de negocios y cuestiones de trabajo. Todas las cosas deben estar cubiertas por nuestra oración. Si se trata de algo que te preocupa, es algo por lo que debes orar.
Nuestra meta como Vencedores es podernos comunicar con Dios en oración en cualquier momento y entrar en contacto inmediato con Él. Toda nuestra vida se puede convertir en una oración si caminamos día tras día con Él. No te esfuerces con los detalles; déjalos en las manos de Dios. ¡Solamente ora!