MUJERES CRISTIANAS. Por Ivan Tapia
"Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas"
1 Pedro 3:1
Mi esposa cristiana con su buena conducta amorosa, servicial, laboriosa, solidaria, evangelizadora, amante de la Palabra y del Señor, me gana cada día más para Cristo y me entristece que un día pueda perderla, aunque sé que nos reencontraremos en el Cielo. Amén.
Escrito en mi agenda el 27-3-2021. Ella partió a los brazos del Señor el 24-5-2021.
Tratar este tema bíblico en estos tiempos del feminismo es bastante complejo ya que de inmediato se tilda al apóstol Pablo de machista y el pensamiento de sujeción como algo patriarcal pero en verdad no es así.
Lo que sucede es que Dios establece en la Biblia orden para todas las cosas. Hay un orden para la administración del dinero; un orden para el uso del lenguaje o conversación; un orden para la alimentación; un orden para la vida devocional, etcétera. Y también hay un orden de Dios para la familia en que el esposo y padre debe sujetarse a Cristo cómo Cristo se sujeta al Padre Dios; la esposa y madre de familia se sujetará al esposo y los hijos a sus padres. Pero este orden no permite abusos ni se trata de obediencia ciega, sino de respeto a una autoridad delegada por Dios.
Dios a nada obliga por tanto el esposo no puede obligar a su esposa a sujetarse, pero sí la esposa cristiana debe sujetarse a su marido. Esta sujeción es dentro de una situación normal; el esposo no puede exigir de la esposa aberraciones o una sumisión absoluta sino respetarla como una persona independiente y con derechos, tenerla en alta estima así como Cristo ama a Su Iglesia: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella" (Efesios 5:25
El varón debe considerar la sensibilidad de la esposa y valorarla como algo muy preciado que quiere conservar y jamás destruir. El apóstol Pedro escribe lo siguientes sobre este aspecto: "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo." (1 Pedro 3:7)
Por supuesto cada circunstancia o situación matrimonial es diferente, cada pareja tiene sus particularidades y a cada una se puede dar un consejo distinto. Pero en términos generales la Palabra de Dios habla de sujeción entre los esposos mas la sumisión es para con el Señor. Somos sumisos a Cristo, no a otros seres humanos, pero Él nos pide que nos sujetemos unos a otros. En muchas oportunidades el esposo debe sujetarse al buen consejo y criterio de su esposa en esto ha de ser sabio y prudente.
Debemos decir finalmente que hombre y mujer son iguales ante Dios como el mismo San Pablo lo escribe: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." (Gálatas 3:28).
Podemos rescatar del texto que encabeza está reflexión que la conducta respetuosa y amorosa con su cónyuge puede ganar al que no es creyente para Cristo. Y esto es tanto para hombres como para mujeres.