ABEL: DAR LA HONRA A DIOS
El salón de la fama de la fe comienza con uno de los más antiguos hombres de Dios: “Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, y por eso fue reconocido como un hombre justo, y Dios aceptó con agrado sus ofrendas. Y aunque Abel está muerto, todavía habla por medio de su fe” (Hebreos 11:4).
Aquí vemos que la fe no es simplemente confiar en Dios respecto al futuro o confiar en la Palabra de Dios respecto a la verdad acerca de las cosas invisibles a nuestros ojos, aun cosas que ocurrieron en el pasado, tales como la creación.
La fe es también el medio por el cual vivimos en respuesta a los mandatos de Dios.
Se nos dice que Abel ofreció un sacrificio más excelente que Caín. En el libro de Génesis leemos que tanto Caín como Abel ofrecieron sus sacrificios a Dios (4:3-7).
Dios aceptó el sacrificio de Abel pero rechazó el de Caín. Algunos aducen que la razón de la diferencia de la respuesta de Dios fue que Abel ofreció un sacrificio de un animal, mientras que Caín ofreció el producto de los campos, pero nada en la Biblia indica que solo un sacrificio animal sea aceptable para Dios.
En el Antiguo Testamento se describen ocasiones de todo tipo para ofrendas de grano, ofrendas de cereal, y otras, de manera que no es apropiado concluir que Dios aceptó el sacrificio de Abel y rechazó el de Caín a causa de la naturaleza de los propios sacrificios. Aquí en Hebreos 11 más bien se elogia a Abel, no porque presentara un animal, sino porque ofreció su sacrificio con fe.
Como vemos a lo largo de todo el Antiguo Testamento, a Dios le importaba mucho la actitud del corazón de la persona que llevaba un sacrificio al altar. En la era del Antiguo Testamento, muy a menudo las personas simplemente hacían ademanes y ofrecían sus sacrificios de manera rutinaria, por lo cual eran hipócritas.
Dios dijo: “Yo aborrezco sus fiestas solemnes. ¡No las soporto, ni me complacen sus reuniones!” (Amós 5:21). A Dios le desagradaba la falta de fe del pueblo mientras realizaban sus prácticas religiosas. No obstante, eso ocurre en cada generación.
La gente va a la iglesia cada domingo y hace los ademanes de la religión, mientras su corazón está lejos de Dios. Ellos actúan su religión, como actores en un drama, pero sin fe, sin ningún compromiso personal con Dios.
Pero cuando Abel presentó su sacrificio, lo ofreció con sacrificio de alabanza. Él quería honrar a Dios. Estaba tratando de ser obediente y de manifestar su amor por Dios y confiar en él.
Era un genuino acto de adoración. Pero Caín presento un sacrificio de manera hipócrita. De hecho, inmediatamente después vemos el verdadero carácter de Caín. Este se puso celoso porque Dios recibió el sacrificio de su hermano, así que se levantó con una ira celosa y mató a Abel.
Caín era un hombre sin fe, como demostró con su malvado acto. Pero la vida de Abel estaba marcada por la fe.
RC. Sproul
Fuentes mientras no se indique lo contrario:
Biblia-RVR 1960
Libros de Estudio del INSTE
Diccionario Biblico Ilustrado de Vila Santamaria. Editorial CLIE
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