AL QUE MADRUGA, DIOS LO AYUDA
Te animo a volverte madrugador. Thomas Jefferson se levantaba temprano todos los días. Él dijo: «Sea que me acueste tarde o temprano, me levanto con el sol».
A Jefferson, uno de los fundadores de nuestra nación, le gustaba la acción. Él expresó: «¿Sabes quién eres? No preguntes. Actúa. La acción te delineará y te definirá». Afirmó además: «Decide nunca estar ocioso. Es maravilloso lo mucho que se puede hacer si siempre estamos actuando». Esta es otra de las grandes citas de Jefferson: «Soy un gran creyente en la suerte; y descubro que mientras más duro trabajo, más suerte tengo».
Thomas Jefferson sabía que la acción hacía al hombre. Administraba más de cuatro mil hectáreas como agricultor. Se convirtió en topógrafo y en un próspero especulador de tierras.
Fue dueño de una rentable fábrica de clavos. Era un jinete extraordinario que aún montaba dos meses antes de su muerte a los ochenta y tres años de edad. Fue un experto arquitecto que diseñó su casa y las casas de muchos de sus amigos.
Jefferson fundó la Universidad de Virginia, diseñó las instalaciones, contrató a los profesores y escribió el plan de estudios. Fue un respetado y publicado naturalista, horticultor y meteorólogo. Era jugador de ajedrez, experto cantante, y violinista; se cree que tenía un Stradivarius. Fue presidente de la Sociedad Filosófica de Estados Unidos durante veinte años, así como regente y alumno de la Universidad William and Mary.
Él era un corresponsal diligente, y más de veintiocho mil de sus cartas sobrevivieron. Hablaba con fluidez latín, griego, francés e italiano. Estudió inglés antiguo, alemán y dialectos indios estadounidenses.
Soy un gran creyente en la suerte; y descubro que mientras más duro trabajo, más suerte tengo. Thomas Jefferson
Era un voraz lector y coleccionista de libros, y a los cuarenta años de edad tenía una biblioteca de dos mil setecientos volúmenes. Fue creador de la Biblioteca del Congreso, de la Oficina de Patentes de Estados Unidos, y del sistema monetario de Estados Unidos
Jefferson fue abogado en servicio y gobernador durante dos mandatos de la Commonwealth de Virginia. Fue ministro de Estados Unidos en Francia durante cinco años y el primer secretario de estado de Estados Unidos. Fue tanto vicepresidente como presidente de Estados Unidos, y escribió lo que muchos consideran el documento más importante jamás escrito: la Declaración de Independencia.
Hubo un período de cincuenta años en la vida de Jefferson durante el cual nunca amaneció estando él en cama. Se levantaba tan pronto como podía ver las manecillas del reloj al lado de su cama. George Washington Carver también se levantaba temprano. Dijo que lo hacía para poder hablar con Dios y averiguar qué instrucciones le daba para el día. Benjamín Franklin acuñó la máxima: «Al que madruga, Dios le ayuda». Esto es más que una cita; ¡es realmente cierto!
Acepta el reto de despertarte temprano hasta que se convierta en un hábito. Despertarse antes que el resto del mundo es una puerta a nuevas y creativas ideas. También es un principio bíblico. Romanos 13.11–12 declara: «Tengan en cuenta el tiempo en que vivimos, y sepan que ya es hora de despertarnos del sueño […] La noche está muy avanzada, y se acerca el día; por eso dejemos de hacer las cosas propias de la oscuridad y revistámonos de luz, como un soldado se reviste de su armadura» (DHH).
RETO DE TREINTA DÍAS PARA LEVANTARTE TEMPRANO
Te presento el «Reto de treinta días para levantarte temprano», una actividad que cambiará tu vida si la cumples. Durante treinta días levántate al menos una hora antes que los demás en la casa. (Acuéstate más temprano si es necesario, pero tal vez descubras que no necesitas hacerlo.)
Tu objetivo al levantarte temprano en la mañana es conseguir varias ideas nuevas que te inspiren y te motiven. Mantén papel y lápiz cerca y apunta las primeras veinte ideas que lleguen a tu mente. Escribe rápidamente. Pizarrón. Lluvia de ideas. Encierra en un círculo la idea que sea más importante para ti. A fin de poner esa idea en acción, plantea cinco acciones específicas que puedas tomar en las próximas veinticuatro horas y llévalas a cabo.
En treinta días habrás conseguido treinta ideas nuevas. Cualquiera de ellas puede llevar tu vida en una dirección increíblemente nueva.
(¡No te asustes! No estoy diciendo que esto sea algo que debas hacer por el resto de tu vida. De vez en cuando puedes quedarte dormido después de los treinta días.)