Los paradigmas, ese conjunto de creencias y conocimientos que llegamos afirmar como ciertos. Y que poco a poco los vamos incorporando como parte de nuestro saber y llegan con el tiempo a convertirse en nuestra propia filosofía de vida.
Aunque muchas veces sin una comprobación científica, bíblica o experimental; aún así se han hecho carne en nosotros y les concedemos la autoridad para regir nuestro comportamiento.
Un paradigma, es como una gran lente desde la cual miramos la vida e interpretamos la realidad, eso que nos hace ser como somos, pensar como pensamos.
Por qué es importante tener un buen sistema de creencias?
Porque el sistema de creencias que adoptemos, va a determinar en gran parte nuestra forma de pensar, nuestro alcance en la vida y sobre todo nuestra felicidad.
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Nunca dejes de imaginar, porque cuando imaginas expandes tu mundo
Porque una buena creencia puede abrirte una puerta, otra creencia no tan buena puede cerrarte la misma puerta. Es la razón por la que algunos se perciben ganadores antes de la pelea y otros como perdedores sin siquiera haberlo intentado.
Generalmente no ponemos en duda lo que creemos, lo damos todo por sentado, sin cuestionar el origen de tal o cual creencia, costumbre, comportamiento o tradición.
Pero la gran verdad es que nadie posee el modelo de pensamiento 100% correcto, quien más, quién menos, todos tenemos una suerte de mezcla de verdades, medias verdades, aproximación a la verdad, mentiras, un poco de certezas y otro tanto de incertidumbres y superstición.
Con Verdad me refiero a los marcos de referencia validados, como la ciencia, para los asuntos de nuestra biología y las leyes de la física que rigen nuestro universo.
Por ejemplo existe la ley de la gravedad que hace que la Tierra tire constantemente de nosotros hacia abajo. Por eso siempre tenemos los pies en el suelo y si nos arrojamos al vacío desde un décimo piso, ignorando este principio, difícilmente lo podrías hacer dos veces.
Si vos sos cristiano como yo, necesitamos saber si nuestra práctica de fe y nuestras creencias tienen sus fundamentos en la Biblia.
Hace muchos años entró una mujer a nuestra iglesia y quedó horrorizada, pero no se fue sin decirme antes que le parecía una gran ofensa que en la iglesia se cantara y tuviéramos equipos de música. Ella interpretaba que la iglesia era un lugar de silencio, sin embargo eso no es lo que la Biblia nos enseña.
En el caso de las tradiciones, que vienen de generaciones, se han forjado en un tiempo donde aquello tenía sentido, pero hoy solo queda la práctica vacía de su significado.
Quizás tuvo sentido para tus abuelos, pero no los tendrá para tí, porque para que tenga sentido tendrías que vivir sus experiencias, pero la realidad es que solo puedes vivir las tuyas. Hay prácticas que funcionaron ayer que han dejado de funcionar hoy. Aún así se siguen practicando religiosamente