¿Estás desalentado, o consagrado?
Jesús le dijo: Aun te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y repártelo entre los pobres, …y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste,
porque era sumamente rico. (Lucas 18:22-23)
¿Has escuchado alguna vez al Maestro diciéndote algo extremadamente difícil? Si no es así, dudo que le hayas oído. Jesús nos dice muchas cosas que escuchamos, pero que en realidad no oímos. Y cuando le oímos, sus Palabras nos suenan duras e inflexibles.
Jesús no mostró ningún interés en que aquel joven rico cumpliese lo que le había dicho, ni tampoco hizo intento alguno por retenerlo. Sencillamente, le dijo: «Vende todo lo que tienes… y ven, sígueme.» El Señor no le insistió; nunca trató de seducirlo, sencillamente le habló con las palabras más duras que hayan oído los oídos humanos, y luego simplemente esperó.