Probablemente hayas oído a la gente mencionar el infierno en expresiones como: la vida es un infierno; está más caliente que el infierno, o ¡vete al infierno! Posiblemente hayas oído decir a alguien que el cielo debe ser aburrido, de tal manera que el infierno debe ser todo lo contrario –una celebración extravagante donde tú compartes con tus amigos para la eternidad.
Quizás hayas oído a alguien decir que el infierno no existe.
A pesar de tales ideas, no hay que dar vueltas alrededor de esta verdad: Jesús enseño claramente acerca de un lugar real llamado infierno (Mateo 5:22-30; Lucas 16:19-31)
¿Cómo es el infierno? La mayoría de nosotros, cuando realmente pensamos en el infierno, imaginamos un cuadro siniestro de diablitos rojos corriendo por todas partes, punzando y pinchando a sus aterradas victimas con sus tridentes. Pero, ¿Cuáles son los hechos?
La Biblia nos habla de tres aspectos relacionados con el futuro de los incrédulos: Primero, el infierno será eterno. Durará para siempre (Mateo 25:46).Segundo, el infierno será el castigo para el pecado y para el que no cree (2 Tesalonicense 1:9).
La muerte no es una insignificancia. El libro del Apocalipsis 21:8 Describe el infierno, como La “segunda muerte”. En la Biblia, la muerte siempre hace referencia a la separación física o espiritual de la fuente de la vida-Dios. En pocas palabras, el cielo será la vida eterna para el creyente; mientras que en infierno será la muerte eterna para el no creyente.
El escritor británico C.S Lewis lo resumió cuando dijo que el pecado es cuando el hombre a lo largo de la vida le dice a Dios: “Vete y déjame solo”, y el infierno es cuando Dios finalmente dice al hombre: “puedes hacer lo que desees” y lo deja solo por la eternidad.
¿Qué deberían hacer los creyentes? Primero, debemos darnos cuenta de que la vida es un asunto serio, y que los riesgos son altos porque en ella se encuentran involucradas vidas humanas. Segundo, necesitamos compartir nuestra fe con los no creyentes.
La gente que nos rodea está enferma por el pecado y tenemos la cura para su enfermedad espiritual.
Tercero, cuando nos damos cuenta de cuan verdaderamente horrible es el infierno –una eterna separación de Dios-ello nos debe llevar a agradecer a Dios a avernos salvado. Todos nosotros estaríamos condenados a un destino terrible si no fuera por su gracia amorosa.