Claro que este propósito general esta contemplado desde una perspectiva integral donde cada componente del desarrollo humano (Físico, intelecto, emociones, el area social y la espiritual) es trascendente.
Por eso para alcanzar este cometido es importatísimo considerar que cada etapa es única y tiene sus mas particulares características.
Llevandolo a la práctica quiere decir que no podemos seguir pensando que los adolescentes de 12 años que recien estan en Junior High son iguales a las jovencitas que se preparan para el prom de fín de High School, o los jóvenes de 24 que estan pensando en que casarse no seria una mala opción.
Quiere decir que a la hora de planear las actividades juveniles de nuestra iglesia tenemos que pensar seriamente en que debemos tener un ministerio especifico para cada edad.
MI HISTORIA
Hace ya dos años que habia llegado a esa iglesia. El ministerio de jovenes era mucho mas un grupo de jovenes que hacian actividades cristianas bajo las cuatro paredes de la iglesia que un "ministerio de jóvenes".
El pastor anterior habia sido una especie de padrino para muchos. Claro que era muy querido y habia sido muy importante en la vida de algunos de los chicos. Pero no habia programa, todos estaban juntos no importando la edad y las actividades rondaban en autoabastecer a un grupo limitado de amigos sin existir propósitos, metas, estrategias ni mecanismos de trabajo.
La única diferencia que habia entre este grupo y cualquier otro de la iglesia era la edad de los que participaban pero no habia nada especializado para sus necesidades.
Lo primero que me propuse fue dividirlos por edades. Como la cantidad no era la suficiente como para tener actividades completamente separadas (eran entre 20 y 40) organizamos algo intermedio. Durante un tiempo de la reunion estabamos juntos y en otro nos separabamos entre menores y mayores de 18.
Seleccioné un par de voluntarios para hacer de lideres con los de cada edad. En estos tiempos de estar divididos cada grupo era mucho mas atractivo para los nuevos chicos y chicas. Cuando los lideres estuvieron mas seguros en su rol nos terminamos dividiendo.
Varios prejuicios impiden que los ministerios juveniles de las iglesias hispanas tengan ministerios especializados para responder a las necesidades de cada edad
Al principio muchos temian de que iban a quedar muy pocos con cada edad. Pero al haber mas participación (de los lideres por ejemplo) cada grupo empezó a crecer.
Busqué de que cada edad tuvieran su propio salón de reuniones y como las instalaciones de nuestra iglesia lo permitian pronto pudieron sentir que un lugar les pertenecia.
Al año la concurrencia se habia multiplicado. No solo porque era posible tratar cada temas con puntos de contacto más efectivos con cada edad sino porque en el caso de los padres se les hizo mucho más confiable traer a sus adolescentes de 15 a estar con otros de la edad que tratar los a juntarse con otros de más de 20 y ademas porque al haber más participación de los líderes se habia crecido en madurez y experiencia.
Tengo que decir que ademas de la división por edades que es el tema de este artículo-testimonio, programar con tres meses de anticipacion y transformar las actividades para que no parecieran tan cristianoides (copiar todo lo de los adultos) fueron otras de las claves.
Después de ese año pudimos dividirnos, según lo planeado, en tres edades. De 12 a 14 que son los de Junior High, de 15 a 18 que son los de High School y de 19 hacia arriba que son los de College (aunque nunca llamamos a este ministerio así porque muchos de los concurrentes no estudiaban).
La efectividad para conseguir el propósito de ministerio juvenil creció tremendamente. Hasta los abuelos de la iglesia notaron que sus nietos estaban mejor contenidos, que venían a la iglesia super contentos y que crecían en madurez espiritual. Los líderes de cada uno de estos tres grupos formaban una célula conmigo y a su vez ellos tenían sus propios ayudantes dentro de cada grupo.
La manera en que todo se siguió desarrollando fue que había jóvenes en células que a su vez tenían sus propias células aunque siempre funcionaban según la edad de los participantes. En el paso de ese segundo año el grupo pasó a ser verdaderamente un ministerio con distintos departamentos y la concurrencia se había cuadruplicado con respecto al comienzo.
EL FIN
Varios prejuicios impiden que los ministerios juveniles de las iglesias hispanas tengan ministerios especializados para responder a las necesidades de cada edad. Uno está enraizado en el temor a que si dividimos van a quedar tan pocos que se van a desanimar.
Otro es el temor a delegar en otros cuando no podemos estar en todos lados a la vez. O quizás nuestro pecado sea ser indiferentes a que cada edad merece ser alcanzada teniendo en cuenta las características con las que el mismo Dios las creo.
Creo que son incontables los beneficios de separar a los jóvenes por edades y a su vez situarlos en grupos de amistad pequeños donde puedan desarrollarse hasta el máximo de su potencial. No pierdas más tiempo.