En II Reyes capítulo 6, se cuenta esta historia: Los sirios peleaban contra los israelitas y cada vez que los sirios se movían, los israelitas sabían con precisión donde se encontraban.
Ellos tomaban un camino según sus planes de ataque y los israelitas ya los estaban esperando. Así que el jefe sirio reunió a toda su gente y les dijo: "En este consejo de guerra quiero saber ¿quién está por Israel y quién por nosotros? Debe haber algún espía en este campamento".
Un siervo le dijo: "No, no es que haya un espía entre nosotros, sino que hay un profeta en Israel. Y lo que susurras en tu cámara más secreta, él se lo dice al rey de Israel" (v.12). Este hombre dijo: "¡Lo que susurras en tu cámara más secreta ellos lo saben!" Así será con nosotros. Dios va a actuar por medio de lo sobrenatural. El dijo: "¿Quieres decir que hay un profeta allí que puede saber estas cosas?" Sí.
¿Sabes qué hicieron los sirios? Enviaron a un gran ejército a traer a un solo hombre. Así de asustado está el diablo de los cristianos llenos del Espíritu Santo. Elíseo estaba en Dotan y ellos enviaron un ejército allá durante la noche para apresar a un solo hombre.
¿Puedes imaginártelo? Tal vez no lo sepas, pero el diablo te tiene miedo. La Biblia dice: "Resistid al diablo y huirá (aterrorizado) de vosotros". El diablo tiembla al sólo pensar en ti. Ellos enviaron
un ejército tras un solo hombre.
Elíseo estaba durmiendo y tenía a su lado a un joven que me recuerda a algunas personas de hoy. La Biblia dice en el versículo 14: "Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército". ¿Puedes imaginarte un gran ejército? Llegaron de noche y sitiaron la ciudad. El ejército sitió la ciudad con caballos y carros y entonces su criado le dijo "¡Ah, señor mió! ¿Qué haremos?"
Todo lo que este joven podía ver era este mundo. Se puso nervioso, afligido y dijo: "Oh, ¿qué vamos a hacer?" He oido a mucha gente en estos días hablar acerca del hambre, de las pestes y de la destrucción que vendrá sobre el mundo. Bien, es posible que esto les ocurra a algunos, pero. . . ¡No vendrá sobre mi! ¡Gloria a Dios! Dios me bendice. Dios no me ha llamado a ira. Me ha llamado para obtener salvación a través del Señor Jesucristo.
Puedo oírles hablar sobre todo esto con angustia, retorciendo sus manos: "¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer?" Este es un cuadro del mundo de hoy:"¡Ah, Señor mío! ¿Qué haremos?" Elíseo se levanta, sale afuera y dice: "Déjame examinar la situación".
Mira a su alrededor y ve los cientos y posiblemente miles de caballos y carros allá afuera y dice: "Oh, no te preocupes, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos". Puedo imaginarme a ese joven viviendo en el día de hoy. El hubiera dicho: "Elíseo, aún en las matemáticas modernas, uno más uno son dos, y ellos son más numerosos que nosotros".
Elíseo dijo: "Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del joven y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Elíseo. " (II Reyes 6:17)
Las huestes celestiales rodeaban al enemigo. Elíseo no dijo: "Mira, Dios acaba de crear algunos ángeles". No. Aquellos ángeles estuvieron allí todo el tiempo. Ellos existían en el mundo invisible desde antes. Sólo porque fueron manifestados en el mundo visible, en lo físico, no hay razón para creer que esos ángeles acababan de ser creados. ¡NO! Sabemos que ellos ya existían allí en el mundo invisible. Dios únicamente manifestó su presencia haciéndolos visibles en la dimensión física.
Algunas veces, cuando comenzamos a experimentar la sanidad decimos: "Oh, gracias Dios, ya estoy sano. Fui sanado ayer a las 10:30 de la mañana". NO. La sanidad existe para ti desde que Jesús murió y la compró con su Sangre. Ha sido tuya por años. La salvación ha sido tuya por años. La vida eterna es tuya. La sanidad es tuya. La prosperidad existe continuamente en otra dimensión. Dios, a través de tu fe, manifestará todas estas cosas en el reino material.
Algunas veces no ves tu sanidad. Algunas veces no ves tu prosperidad. Algunas veces no sientes que hayas obtenido la victoria, pero eso no quiere decir que no sea tuya. Así como tienes un ángel que está a tu lado y estás convencido por la Palabra de Dios que él vive en ese mundo invisible cuidando de ti, así también tu sanidad está allí.
Tu prosperidad está allí. En lo que respecta a Dios esto es tuyo. Puedes regocijarte por medio de tu sentido de la fe de que es tuyo, aunque todavía no se haya manifestado.
Supongamos que le digo a mi esposa Dodie: "Querida, puse $1,000.00 en el bolsillo de tu abrigo que se encuentra en el guardarropa de la entrada, para que los gastes en lo que quieras". ¿Sabes lo que haría Dodie? Primero que todo, su corazón comenzaría a alegrarse porque ella cree en lo que yo le digo. Segundo, comenzaría a hacer planes sobre lo que compraría. Tercero, comenzaría a hablar acerca de esta bendición de $1,000.00. Diría: "¡Tengo mil dólares! Voy a comprar esto y aquello. ¡Estoy tan emocionada por esta maravillosa bendición!"
Aunque ella hace estas tres cosas, todavía no • ha visto los mil dólares, aún no ha sentido el olor de los mil dólares, no ha gustado los mil dólares, no ha tocado los mil dólares, ni ha oído el crujido de los mil dólares. Sus sentidos naturales no han tenido ningún contacto con los mil dólares. Ella solamente tiene la palabra de una persona a quien ella ama y en quien confía. ¿Qué hace ella?
Ella cree, habla, se alegra, hace planes, aún cuando no ha tenido ninguna evidencia, excepto la fe en mi palabra. ¿No es extraño cómo las personas actúan basadas en la palabra de un esposo, un abogado, un médico o una esposa, y sin embargo no actúan en esta forma respecto a la Palabra de Dios? El hombre puede mentir pero Dios no miente.
Conforme te internas en la Palabra de Dios. En ese gran bosque de eternas verdades de Dios, encontrarás que El ha puesto mucho en tus bolsillos. Te dio la salvación y la sanidad para tu cuerpo. Te dio prosperidad y fortaleza para los quehaceres físicos.
Te dio la victoria y la habilidad para derrotar a el diablo. Todo está allí, en el mundo espiritual. Está en tu bolsillo espiritual. Todavía no lo has tocado, aún no lo has visto, ni lo has sentido. ¡Lo único que tienes es la Palabra de Dios Todopoderoso quien no puede mentir!
Cuando regresas al reino de los sentidos, aquí en el mundo visible, y comienzas a confesar: "Soy salvo, todas mis deudas han sido pagadas. Tengo fuerzas, he sido sanado. Soy libre, estoy colmado de bendiciones".
Quizá tú no tengas evidencia física para comprobarlo, pero esto no debe molestarte en lo absoluto. Has estado meditando en la Palabra de Dios y tu hombre espiritual lo ha visto y lo ha alcanzado con la mano de la fe para poseerlo. Puedes confiadamente decir: "Lo tengo por fe y sé que es mío".
¿Sabes? La fe se extiende hacia el área invisible, y crea el reino físico con verdades invisibles. Todo lo que vemos no fue hecho de lo visible sino de lo invisible. Todas las personas de fe rápidamente dirán que la prosperidad, salud, sanidad y salvación no fueron hechas de cosas visibles sino de lo invisible. Quiero mostrarte este principio de fe entrando al mundo invisible.
Miremos de nuevo Hebreos 11:1 "Ahora fe es la certeza (la confirmación, el titulo de propiedad) de las cosas que [nosotros] esperamos, la prueba de cosas que [nosotros] no vemos y la convicción de su realidad — la fe percibe como un hecho real lo que no ha sido revelado a los sentidos".
Este es el principio clave: la fe va a la Palabra de Dios, le cree a Dios y ve como un hecho real lo que aún no ha sido revelado a los cinco sentidos físicos.
Hebreos 11:3 dice: "Por fe entendemos que los mundos [durante las edades sucesivas] fueron enmarcados — diseñados, puestos en orden y equipados para el propósito para el cual fueron destinados — por la palabra de Dios, de manera que lo que vemos no fue hecho de cosas que son visibles".
Sería tonto que alguien dijera: "Bien, yo no creo en eso de leer la Biblia. No creo en todo eso". Algunos no se internan en el bosque de las eternas verdades de Dios y luego se preguntan por qué no tienen fe. Se extrañan porque no tienen habilidad alguna para creer en Dios. ¡ Ah, como esta verdad debería hacernos vivir en la Palabra de Dios!
La Biblia dice que entendemos que las cosas que se ven fueron hechas por la Palabra de Dios. La clave es la Palabra de Dios. Debes comenzar con la Palabra de Dios. Lo que ahora vemos no fue hecho de lo visible. Las cosas que vemos fueron hechas de lo invisible y se hicieron visibles por el poder de la Palabra de Dios.
Hebreos 11:6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay". ¿Quieres decirme que debo creer que hay un Dios invisible?
El principio básico de la fe es creer que Dios es; creer que le hay. Dios es una persona invisible.
¿Quieres decir que Dios espera que yo crea en lo que no veo? El llega hasta el punto de pedirte que creas que El existe aún cuando no lo puedes ver. ¿Para qué preocuparte sobre la prosperidad financiera que aún no ves, o la sanidad que todavía no ves? ¿Para qué preocuparte sobre ese problema que aún no se ha resuelto?