EXHORTAR CONSOLAR Y ENCARGAR. Ivan Tapia
"Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; / así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, / y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria." 1 Tesalonicenses 2:10-12
La cultura de Pablo y de sus oyentes o destinatarios era la cultura judía, basada en la Ley del Antiguo Testamento. Esa ley requería dos o más testigos para verificar una verdad. Por eso Pablo pone a los propios tesalonicenses y a Dios como testigos de la forma correcta con que él ha ejercido el ministerio. Pablo se autodefine como un padre espiritual de ellos y utiliza tres verbos para retratar su trabajo, tres acciones que realiza en beneficio de los discípulos de Tesalónica : exhortábamos, consolábamos y encargábamos.
1. Como un padre sabio los exhorta continuamente a hacer el bien y comportarse cómo ordena el Evangelio de Jesucristo: Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. / Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, / para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
(1 Tesalonicenses 3:11-13) Esta es una exhortación porque el apóstol los incita a crecer en el amor. Se exhorta a otra persona o a un grupo cuándo con autoridad o derecho se les motiva a actuar de cierta forma, mediante razones y ruegos.
2. Como un padre compasivo los consuela en las tribulaciones, dándoles esperanza en Jesús: "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza." (1 Tesalonicenses 4:13)
3. Como un padre preocupado de sus hijos les encarga que tengan una conducta conforme a las enseñanzas del Señor: "Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. / Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; / pues la voluntad de Dios es vuestra santificación..." (1 Tesalonicenses 4:1-3)
Los cristianos necesitamos de hermanos mayores o padres espirituales que nos exhorten animándonos a poner por obra las enseñanzas del Señor; que nos consuelen en los momentos de tribulación y que nos encarguen tareas para beneficio del Reino de Dios. No podemos prescindir de los hermanos y los pastores; no podemos vivir un cristianismo sin Iglesia.