La Palabra de Dios dice que si alguno desea o anhela obispado, buena cosa desea. Hay personas que no lo anhelamos, que ni siquiera lo deseamos, simplemente lo hicimos porque alguien nos introdujo a ello. Tengo amigas que me dicen: “Estoy aquí por mi esposo”. A mí me impresionó cuando me lo dijeron, pues ¿cómo es posible que digan a estas alturas eso? Yo no lo deseé, pero estoy aquí por misericordia, y ha sido y es un proceso. Si estás como líder empezando a servir en tu iglesia, es el deseo de Dios que tú estés ahí. El fue quien te llevó, te cautivó, te apartó de lo malo para ponerte ahí.
Todas somos líderes; no hay una que no lo sea, porque una líder ejerce influencia sobre alguien más. Y tú lo haces cuando vas al súper, haces ejercicio, trabajas. Depende de ti si vas a ejercer una buena o mala influencia. Al hacerlo, ya eres una líder; Dios te vio capaz. Estás llena de virtudes, de cualidades. Ahora vas a entender por qué puedes decir “gracias, Señor, porque soy mujer” con más facilidad. La sociedad influye para que no demos gracias por ello, hace que nos volvamos más prácticas. Pero Dios quiere que reconozcamos el gran privilegio de ser mujeres.
Yo dije: “Señor, ya pude pasar el proceso de reconocer el privilegio que tengo de poderte servir a ti. Ahora ayúdame a ver que sea una buena obra". Ustedes me dirán: “Estar un día con unas personas, otro día con otras, estar de madrugada moviéndome de un lugar a otro, estoy cansada, sólo es dar y dar; ¿cuándo voy a recibir yo?". Pero hay procesos cuando empieza en el Señor. Al principio, uno dice: “Aquí estoy, quiero servirte”, y le comienzan a decir: “Deja las malas amistades, las malas costumbres, comienza a tener disciplina para ir a la iglesia”. Desde ahí comienza el proceso en nuestras vidas de decir “yo quiero ver que sea una buena obra”.
Solamente con nuestras fuerzas no vamos a poder hacerlo, necesitamos el poder sobrenatural de Dios, su Espíritu Santo. Verso 2 Pero es necesario que el obispo sea... Posiblemente, ya has aprendido y has leído esta porción de la Biblia. Pero viene un listado de requisitos que no nos podemos hacer las locas, no es gusto del líder o del pastor, ahí dice que hay un requisito. Verso 11 Las mujeres asimismo… Quiere decir que comienza todo los requisitos hablándole al hombre, pero asimismo es la exigencia para las mujeres. Son los mismos requisitos. Verso 4 Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. Verso 7 Que tenga buen testimonio de los de afuera. El 11, que sean honestas, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.
En el Verso 14, Te lo escribo aunque tenga la esperanza de irte a ver pronto para que si tardo, sepas cómo conducirte en la casa de Dios. Hay requisitos; el Señor quiere hacer la obra en nuestra conducta. Debemos aprender a conducirnos. ¿Quién nos puede enseñar a hacerlo? ¿La televisión, los medios, etc.? Y si no tenemos un hogar estable, ¿de dónde podemos tener esa información? Necesitamos saber cómo conducirnos, porque en nuestras manos está un privilegio muy grande, que seamos constructoras, que seamos de bien y no de mal. Quiero compararlo en el caminar con el Señor.
Yo no nací en una religión cristiana; tenía supuestamente con una religión, pero mis papás cuando querían iban y cuando no, no. Pero Dios nos bendijo con una cultura que creía en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Yo por fe y por necesidad, le dije que sí al Señor. Cuando lo hice, di mi primer paso, pero no sabía cómo conducirme, como la mayoría de personas que nacen de nuevo.
Posiblemente, estés dando el primer paso, y aquí te vamos a ayudar. Yo lo recibí, pero como no tenía la instrucción para saber qué hacer después; el siguiente paso tomó muchos años. Éste fue el poder ser bautizada en el Espíritu Santo, y luego en el bautismo en agua. Cuando me bauticé en agua, fue porque fui a una reunión y pregunté qué hacían y ellos me explicaron que la Palabra decía que el que creyera y fuera bautizado, sería salvo. Así que pedí prestado un pantalón y una camiseta, y me metí al agua; quise ser bautizada. Después fui a un retiro donde supe que podía permanecer en la iglesia y servirle. Tú puedes hacer que el caminar en el Señor y en tu vida pueda ser directo, seguro o que tu caminar sea a los lados, y no avances por la falta de instrucción. Nosotras como mujeres somos poderosas.
El me dijo que a cualquier lado donde fuera, le diera honor a la mujer y sé que si logro transmitir algo de eso en sus vidas, ustedes van a ser vasos muy útiles para que el Espíritu Santo se derrame. Yo le decía al Señor que estos temas sobre la conducta y lo que “hacen las mujeres” son temas muy cursis. Porque entre más enseñamos sobre las leyes de la disciplina o el profesionalismo, más "topado" se siente uno. Así que le pregunté: ¿Por qué me estás pidiendo que hable sobre estas cosas? En ese momento, el ambiente de mi habitación cambió y el Espíritu Santo me dijo: “¿Te avergüenzas de mi creación?”. Pero yo le dije: “No me avergüenzo”. El me dijo: “Así te hice yo; como caminas, como te expresas, como actúas, ¿por qué te vas avergonzar? Yo quiero que enseñes de eso. Las mujeres no saben cómo conducirse.
Las fuentes de información que hay son muy malas. ¿A quién quieres imitar tú? ¿Cuál es tu meta? Tenemos un solo enemigo y es el diablo, no es el sexo opuesto. Quisiéramos agarrarlos de alguna forma y desahogar algo ahí, pero ellos no son el enemigo. Es un enemigo bastante grande y real, que es el diablo, y es él quien quiere estorbar tu vida y destruirla. En el 4:15 dice: Ocúpate en estas cosas, permanece en ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. ¿Queremos ser de provecho, ver logros en nuestra vida, ser mujeres realizadas? Aprendamos a conducirnos en las cosas del Señor.
I Pedro 3:1
Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.
Cuando nos vamos al original, habla de las mujeres casadas. Entonces, la mujer necesita demostrar sujeción. Si dices: “No estoy casada”; igual tienes que demostrarla en algún lado, no te escapas.
… que no crean sean ganados. Yo leí esto y le dije al pastor: “Mira lo que dice la Palabra, el apóstol Pedro les habla a las mujeres; parece ser que la mayoría de los creyentes eran mujeres”. Yo se lo compartí y Cash me dijo: “Eso ha sido todo el tiempo”. La mayoría de tiempo la que cree más fácilmente en el Señor es la mujer. Lo poderoso acá es que la mujer podía ser útil para ganar al que no creía sólo por la conducta. El Señor lo que ha prometido lo va a cumplir. Con la conducta pueden ser ganados, no sólo los demás, sino el mismo esposo. Me fui al original a ver qué significa la palabra “conducta”, y dice: “Comportamiento, manera de vivir, forma de conducirse”. ¿Cómo es tu comportamiento? Siempre estás toda enojada, regañando, tienes disciplina o haces lo que caiga cada día. Alguien decía que el significado de estupidez es querer hacer lo mismo y obtener diferente resultado…
Hubo un tiempo en mi vida que estaba muy mal. Andaba que por todo lloraba, irritada y era muy perfeccionista. Yo le dije al Señor que si llegaba a ser ministrada por alguien, que fuera por una psicóloga. En una ocasión, estaba en una reunión, cuando le dije: “Señor, ya no aguanto más”; me levanté y me fui para atrás. Me puse a llorar; decía: “no puedo ser así, ¿quién soy yo para ser tan perfeccionista?”. En ese momento, pasó una señora y la jalé; no la conocía, pero le dije: “No aguanto; sé que no me conoces, pero yo no puedo más”, y me puse a llorar. Se me quedó viendo y me dijo: “Yo soy psicóloga.” Yo me comencé a reír, y ella se me quedaba viendo. Yo le dije: “Yo le pedí al Señor que si me llegaba a ministrar, que fuera con una psicóloga”. Yo creí que me iba a decir: “Necesitas oración, ir más a la iglesia o una liberación”, pero no, me dijo: “¿No te has operado para no tener hijos?". Y comenzó a explicarme lo que sucede cuando uno se opera, el descontrol físico y emocional que las mujeres tenemos.
Le cuento esto porque uno se está ahogando en un vaso de agua. ¿Cómo no van haber trastornos? Uno quiere vivir en otro nivel espiritual, pero en lo natural, ni siquiera nos empezamos a conocer. Queremos tener éxito en nuestro matrimonio, con nuestro jefe, pero no hemos logrado superar todo esto. Todo lo que pasamos las mujeres. Ese trastorno emocional, la menstruación, tener hijos, la menopausia, etc. Son un montón de trastornos físicos y emocionales. Necesitamos que alguien nos enseñe a vivir, y es mejor que sea una persona líder espiritual que te pueda enseñar principios y valores. Dice la Palabra que estamos diseñadas para ganar. ¿Qué va usar el Señor para que ganemos a Cristo? Nuestra conducta, nuestra forma de ser. Dice la Palabra: Despojaos del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos.
Santiago 3:13
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
Vamos a ir cerrando el tema y quiero orar por ti. Sé que un toque del Señor es suficiente para que tu vida cambie.
No sé cómo es la cultura de ustedes, pero lo que me gusta es que las mujeres de acá tienen fuerza, carácter, seguridad y que cuando hablan, no lo hacen como yo, sino bastante fuerte. Las admiro, mujeres, pero lo delicado es que la cultura a veces es más fuerte que la unción del Espíritu Santo. Este diseño que el Señor hizo es poderoso. Si tú tienes esa fuerza como dominicana, úsala bien. El Señor ha prometido varias cosas en su Palabra. Cosas buenas, un buen hogar, buenos hijos; El dice que más que hijos tuyos son de El. Hay promesas para tus hijos, "serás salva tú y tu casa". Dice la Palabra que si estás de acuerdo en seguir con el esposo que no ha creído, él será santificado por medio tuyo. Si has estado levantada siempre, sigue con paciencia, firme y lo vas a levantar a él. Pero si tú te caes, ¿quién los va a levantar a los dos? Hay promesas de bien para tu vida.
Para terminar bien el mensaje con la Palabra que quiero sembrar en sus corazones, quiero leerles este pasaje de I Pedro en la versión Al Día. Si la pueden conseguir, estarán doblemente armadas con la Palabra de Dios. Dice: Esposas, acomódense a los planes de sus esposos.
Es probable que los que no creen el mensaje cambien su opinión ante su comportamiento, no hay mejor mensaje que el de una buena conducta. No se preocupen demasiado de la belleza, que depende de las joyas. No quiere decir que sean malas, pero no dependamos de eso. Vestidos lujosos y peinados ostentosos. No hay que irse a los extremos. Miren, las flores y el cielo están combinados. Ayudémonos, nos vamos a sentir mejores. Si no lo hacemos, nos vamos a sentir mal. La mejor belleza es la que se lleva dentro. No hay belleza más perdurable y que agrade más a Dios que la de un espíritu afable y apacible. Esa es la belleza que adornaban a aquellas santas mujeres.
Sara obedecía a Abraham y lo respetaba. Si ustedes hacen el bien, estarán imitando a Sara como buenas hijas, y no tendrán que temblar ante la posibilidad de estar ofendiendo a sus esposos. Esposos, sean considerados con ellas, pues son el sexo débil, y si no las tratan como es debido, sus oraciones no recibirán pronta respuesta. Ahí está lo glorioso del mensaje, que nos demanda sujeción, pero también le dice al hombre que cuide de nosotras, porque somos importantes. ¿Cómo te has conducido? ¿Cómo te has sentido? ¿Eres perfeccionista? ¿Te exiges más de la cuenta? Cuando uno es ansioso, es porque se exige más de lo que puede hacer, todo te irrita, nada te satisface. Cuando a una persona no le satisfacen los demás, es porque a ella misma no se satisface. Tenemos que cambiar este mundo, transmitir cosas buenas a nuestras hijas, nietas, y qué mejor que una buena conducta.
Quiero compartir con ustedes otra Palabra y es cómo recibir una porción de Dios, y quiero orar hoy por ti, bendecirte. Obsérvate y dale gracias a Dios porque estás preciosa. Dile: “Estoy preciosa y voy a ser mejor”. ¿Verdad que sí? Quiero orar por ti; sé que sola con tus fuerzas no puedes. Estas cosas las logramos con su amor y misericordia.
Quiero que hagamos esta oración, cierra tus ojos, y si le quieres decir que sí hoy y quieres entender de todo lo que hablamos y ministramos, éste es un buen momento para que lo hagas parte de tu vida. Di: “Señor Jesús, te recibo como mi Señor y Salvador, reconozco que no puedo estar sola, necesito tu ayuda, quiero cambiar, ser transformada, ser una nueva persona; ayúdame, Señor, te lo pido de todo corazón.