La Mujer de Flujo de Sangre que toco el Manto de Jesus | Preidca cristiana
Marcos 5:24-34
Jesús siempre tiene un tiempo para ti y para mí. No hay momento en el que él esté tan ocupado que no pueda verte, escucharte, comprenderte. Dios siempre tiene un espacio en su agenda para ti. Quizás hayas buscado amigos, parientes u otras personas y estás te han dicho: “búscame después, ahora no tengo tiempo”.
Pero Jesucristo, el Hijo de Dios y nuestro Salvador, nunca estará tan ocupado para darte un “después”, porque él mismo dice: “el que a mí viene yo no le hecho fuera”; él está esperando que siempre podamos acudir a él porque tiene un propósito especial para nuestra vida de tal manera que una vez que lo hayamos tocado, nuestra vida nunca más será la misma.
En este pasaje Jesús va con prisa a cumplir una misión, pero a su paso hay tiempo para que otros puedan buscarlo y ser salvos. El tenía una misión para la hija de Jairo, y también para los que iban con él.
El tiene un milagro para la hija de Jairo, El tiene también un milagro para mí: Dígalo fuertemente conmigo, EL TIENE TAMBIÉN UN MILAGRO PARA MÍ. Este es tu día para buscar a Dios, este es tu día de salvación, no te vayas con el corazón vacío: extiende tu vida y tócale y recibe de Cristo poder de bendición para tu vida.
I. SEGUIDORES Y ESPECTADORES QUE SOLO BUSCAN SATISFACER SU CURIOSIDAD.
Dice la Palabra de Dios: “y le seguía gran multitud, y le apretaban” (v.24). Toda esta gente tenía la valiosa oportunidad de estar cerca de Jesús, de tocar a Jesús; sin embargo les preocupaba más que haría Jesús con otros, que con ellos.
Pensaban de esta manera: “Que le va a hacer o decir Jesús a aquel”, en lugar de, “Que tiene Jesús para mí... que me va a decir... que hará para mí”.
En esta hora Jesús quiere hablarte a ti, no mires a tu lado si el otro está oyendo o no, ¡¡¡Escucha tú la voz de Dios para tu vida!!! No veas si Dios hace esto o aquello en la vida de otros, ¡¡¡Deja que el haga una obra grande en tu vida en este día y sal de este lugar bendecido!!! ¡Aleluya! Diga conmigo: SEÑOR, HABLA A MI VIDA... HAZ UNA OBRA EN MI CORAZÓN...
Esta gente seguía a Jesús para ver que haría con otros, yo sigo a Jesús para que él transforme mi vida. Yo no voy atrás de él, YO VOY JUNTO A ÉL Y EL VA JUNTO A MÍ, ¡Gloria a Dios! ¡Bendito sea su nombre! Toda esta multitud tenían cerca a Jesús en persona, pero no querían acercar su vida a él.
II. UNA MUJER QUE NO BUSCÓ A JESÚS POR CURIOSIDAD, SINO POR NECESIDAD.
Dice el v. 25: “pero una mujer”, había una multitud, pero dentro de esta gente había alguien diferente, con un fin diferente, con un corazón diferente. Muchas gentes llenan hoy las iglesias, pero a veces solo se pierden entre la multitud ¡Que no te suceda lo mismo la ti! Muchas personas irán a la misa, al culto, al estudio bíblico y regresaran para seguir iguales: Tú puedes salir de aquí diferente, bendecido: lleno de la presencia misma de Dios.
La presencia de Jesús estaba entre la multitud, pero solo una mujer se dio cuenta de que este era el momento para que ella se acercara y recibiera un milagro para su vida. ¡hoy es el momento en el que tú te puedes acercar a la presencia de Cristo y ser transformado!
La Biblia dice que esta mujer había sufrido mucho: había estado enferma durante doce años con una hemorragia vaginal, había sido atendida por muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía, y por si esto fuera poco las cosas iban poniéndose peores, ¡pobre, mujer! Estaba toda débil; su rostro era el rostro de la muerte y del dolor. Bastaba con mirarla para sentir lástima por ella y pensar que no tenía ya esperanza.
III. LA MUJER AL VER A JESÚS SUPO QUE SI HABÍA ESPERANZA PARA SU VIDA.
En el v. 27 leemos: “cuando oyó hablar de Jesús” Ella no perdió la oportunidad buscando pretextos para no venir a buscar a Jesús. Cuáles son los pretextos que tenemos nosotros para no acercarnos a Dios, para no dar el diezmo, para no asistir a los cultos, para no leer la Biblia, para no orar, para no tener comunión con él, para no servirle.
Esta mujer nos enseña que no hay pretexto que valga para no buscar a Cristo. Ella bien pudo decir: “estoy enferma”, “estoy cansada”, “no tengo dinero”, “no me siento bien”; pero todo eso lo hizo a un lado para buscar y acercarse a Cristo porque creía que cuando tocara a Jesús, jamás se volvería a sentir enferma, cansada.
Cristo era su esperanza y también es tu esperanza si hoy reconoces y crees que el puede cambiar tu vida. La gente necesita escuchar hablar de Jesús como esta mujer: él es la esperanza para todos aquellos que viven en pecado, que sufren y están vacíos
APLICACIONES:
1. CUANDO CREEMOS LA ESPERANZA QUE HAY EN CRISTO, NO HAY OBSTÁCULO QUE NOS DETENGA.
Imagínese el esfuerzo que tenía que hacer una mujer enferma, débil y acabada para hacerse espacio entre la multitud. El v. 27 y 28 nos dicen: “vino por detrás de la multitud y tocó su manto. Porque decía: si tocare tan solamente su manto seré salva” ¡Qué gran fe de esta mujer! Hoy mucha gente dice: “¿¡para qué voy a la iglesia!?”, “¿para qué leo tanto la Biblia?, me voy a volver loco”, “¿para qué voy a estar orando tanto?”.
Esta mujer creía que su única salvación era Cristo, que si Jesús no cambiaba su vida, entonces sí ya nada podría cambiar su situación: ¡¡¡Pero Jesús es la ESPERANZA para el alma atribulada, cansada de sufrir, de vivir en el pecado!!! ¡¡¡SOLAMENTE CRISTO PUEDE SALVARNOS!!! De las garras de Satanás, de la enfermedad y del infierno.
2. CUANDO TOCAMOS A JESÚS, NUESTRA VIDA ES LIBRADA DE LA MALDICIÓN Y LLENA DE BENDICIÓN.
¿Quieres recibir bendición? Deja todos tus pretextos a un lado, vence los obstáculos y deja que Jesús te libre hoy. Tanta gente que estaba apretando a Jesús y seguramente tenían problemas y necesidades, pero solo una mujer supo cómo tocar a Jesús.
Todos regresaron a su casa con su curiosidad satisfecha, pero está mujer logró que Jesús supliera su necesidad. ¿Qué vas a hacer tú? Serás como la multitud y dirás: “fíjate que hoy la iglesia estuvo llena, y que cantamos muy bonito y que tal hermano testificó, y que el sonido de los instrumentos falló...”
¿Serás uno de tantos que llega a los cultos para salir igual? O como la mujer: “si tan solo tocare el borde de su manto”. Toca hoy a Jesús.
CONCLUSIÓN:
No cargues más tiempo con tu pecado, con tus problemas, con tus pretextos. Ya no sigas con un matrimonio malo, deja que en esta hora Jesús lo cambie. Ya no sigas lejos de Jesús, llénate de su presencia.
Ven, acércate a este altar y toca el manto de Jesús, toca a Jesús y deja que él te toque a ti. Ya no lleves más tiempo tu fracaso, clama a Jesús y dile: “Jesús, sálvame” “AYÚDAME, SÁNAME, LÍMPIAME , TÓCAME...”