Por Qué Necesitan Nuestros Hijos e Hijas Fe en Cristo
Sermón de Charles Walker (1791-1870)
Mi joven lector... el escritor te habla como un amigo. ¿Escucharás lo que dice? ¿Dedicarás tu mente al estudio de este importante tema? Si lo haces con seriedad, puedes llegar a ser sabio para salvación. De las personas de tu edad, Dios dice en las Escrituras: “Me hallan los que temprano me buscan” (Prov. 8:17).
Sabes que la Biblia dice mucho acerca de la fe. Sabes que toda persona tiene que tener fe [en Cristo], de otro modo no puede ser bueno y feliz. La Biblia dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb. 11:6). Entonces, si esperas complacer a Dios, contar con su bendición y morar en su presencia cuando dejes este mundo, tienes que tener fe. Como ves, es de primordial importancia que sepas qué es la fe...
Sabes que la Santa Biblia es la Palabra de Dios. Sabes que en la Biblia Dios nos habla y nos cuenta muchas cosas que nunca sabríamos si no nos lo hubiera dicho en ese Santo Libro. Sabes que Dios nos habla en la Biblia acerca de sí mismo. Nos dice quién es, dónde mora, lo que ha hecho y lo que hará.
Dios nos habla también de lo que nosotros mismos somos, lo que hemos hecho y lo que debemos hacer para complacerle. Nos cuenta acerca de otro mundo, de una existencia más allá de la tumba: un lugar de felicidad para los justos y de sufrimiento para los malos. Además, Dios nos habla de Jesucristo quien vino al mundo y murió para salvar a los pecadores, a fin de que los que creen en Cristo sean salvos, y que los que creen no sean condenados. Todo esto y mucho más nos revela Dios en la Biblia.
Ahora estoy listo para decirte qué es la fe: Es creer lo que Dios ha dicho y hacer lo que ha ordenado. ¿Comprendes esto? Quiero que lo comprendas. Por lo tanto, lo expresaré con palabras un poco diferentes. Fe es creer lo que Dios ha dicho. Es creer de tal manera que te lleve a hacer lo que él ha mandado. Esta es una definición en términos generales, y la fe en este sentido es aplicable a todas las cosas que Dios ha dicho en la Biblia.
Incluye todo lo que dijo de sí mismo, su soberanía y su Hijo Jesucristo. Es respetar sea lo que sea que Dios ha ordenado y sea lo que sea que ha prohibido. Pero más particularmente, la fe cristiana, o la fe por la cual el pecador es salvo, puede explicarse de esta manera: Es esa creencia o confianza en Jesucristo que nos llevará a depender sólo de él para ser salvos. [Esta fe nos llevará] a consagrar nuestra alma, a nosotros mismos, y nuestro todo a él como el único Salvador, y a obedecer sus mandamientos.
No basta decir que crees la Biblia o pensar que la crees si no la obedeces. Fe no es tener una especie de creencia general de que la Biblia es la Palabra de Dios y que es toda cierta. Muchos que no tienen fe verdadera tienen esta clase de creencia. Si alguien tiene fe verdadera, no sólo creerá lo que Dios ha dicho en la Biblia, sino que actuará demostrando que la cree. Ni basta decir que crees que Cristo es el único Salvador si no le sigues. Fe en Cristo no es limitarse a reconocerlo como el único Redentor.
Miles que carecen totalmente de la fe verdadera tienen este tipo de creencia. Obedecerás al Salvador si tienes fe verdadera en él. Como dijo Jesús mismo, te negarás a ti mismo, tomarás tu cruz y le seguirás... El gran objeto de la fe cristiana es el Señor Jesucristo. Él es el único Salvador. Y la única manera en que podemos ser salvos es por medio de la fe en él.
La Biblia dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hech. 16:31). Dice también: “El que no creyere, será condenado” (Mar. 16:16). Resulta claro, pues, que nuestra salvación depende de que tengamos fe verdadera en el Salvador.
Ahora bien, sabes lo que Dios nos ha dicho en las Sagradas Escrituras acerca de su Hijo. Recuerdas lo que la Biblia dice acerca del nacimiento, la vida y la muerte de Jesús. Aunque moraba en el cielo y estaba con Dios y era Dios (Juan 1:1)... se hizo hombre, creció como otros niños. “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Luc. 2:52).
Cuando tenía treinta años, comenzó su ministerio. Predicó que todos tenían que arrepentirse y creer en él (Mar. 1:15), de otra manera nunca entrarían en el Reino de los Cielos. Realizó muchos milagros maravillosos que probaban que Dios estaba con él y que realizaba las obras de Dios. Su vida fue enteramente santa, libre de todo pecado.
Su ejemplo fue perfectamente bueno... Su enseñanza fue sabia y buena. Aun sus enemigos decían: “Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre” (Juan 7:46). Habló de todos los deberes que los seres humanos se deben unos a otros y a Dios... Por último dejó que hombres malos lo apresaran y crucificaran, a fin de que, por su muerte, pudiera hacer expiación por los pecados del mundo16 (1 Juan 2:2) y preparar el camino a fin de que todos los pecadores que se arrepienten y creen en él puedan ser salvos y felices en el cielo para siempre.
Después de su muerte, resucitó, apareció vivo a sus discípulos, les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mar. 16:15). Luego ascendió al cielo en presencia de muchos de sus amigos, “viviendo siempre para interceder por ellos” (Heb. 7:25).
Este es un breve resumen de lo que la Biblia nos informa con respecto al Salvador. Ahora Dios requiere que creamos esto, y creer de tal manera que creerlo regirá nuestra conducta y nos convertirá en seguidores y discípulos de Jesucristo. No basta con que digas que no disputas o niegas lo que Dios dice acerca de su Hijo.
No basta con decir que crees en el relato bíblico acerca del Salvador. Si tu creencia no es del tipo que gobierna tus acciones, si no te lleva a hacer lo que el Salvador te indica, si no te hace su amigo y discípulo, no es verdadera fe en él.
Ahora bien, mi joven lector, si has leído atentamente y comprendido lo que has leído, ves que cuando tienes una fe verdadera en Cristo te pondrás totalmente en sus manos. Confiarás únicamente en él para ser salvo. Obedecerás sus órdenes y te esforzaras por ser como él... Esta es la fe de la cual Dios habla en la Biblia...
Considera, mi joven amigo, por qué tú mismo necesitas fe. Es porque eres pecador. ¿Alguna vez has considerado esto en serio? Eres un pecador. Tienes, por naturaleza, un corazón malvado, has desobedecido a Dios, y has venido a condenación. La Biblia dice: “El que no cree, ya ha sido condenado” (Juan 3:18).
La única manera de escapar de esta condenación es por la fe en Cristo. Él vino para salvar a pecadores. Dice: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Luc. 19:10). Tú estás perdido. Te has apartado del deber y de Dios, y perecerás para siempre si no eres salvo por Jesucristo. Y esta es la razón por lo que necesitas fe en él.
Tomado de Repentance and Faith Explained to the Uniderstanding of the Young, reimpreso por Solid Ground Christian Books. www.solid-ground-books.com.