Cómo recuperar el fervor
Lucas 10.27
El Señor nos creó para vivir apasionadamente para Él. De ese modo, disfrutamos de las bendiciones de una relación personal con Dios. Pero hay otros beneficios, también. Así como el calor y la hermosura de una llama atraen a las personas a la chimenea, Dios utiliza también nuestra pasión por Él para atraer a otros.
Por tanto, no solo por nuestro propio bien, sino también por el bien de los demás, debemos tener cuidado de no dejar que nuestro fervor a Dios se debilite. Felizmente, el Espíritu Santo nos inquieta cuando comenzamos a dirigirnos en la dirección equivocada. Si usted siente que este es su caso, puede dar varios pasos para volverse hacia Él.
1- Evalúe su condición espiritual; pregúntele a Dios si su fuego se ha reducido.
2- Reconozca cualquier distancia que se haya permitido poner entre usted y el Padre celestial, y arrepiéntase.
3- Enfoque su atención en Jesús; medite en la forma que Él enseña a sus seguidores a vivir.
Consagre tiempo regular a la Biblia y pídale al Señor que le hable por medio de su Palabra.
Ore utilizando palabras sencillas, clamando a Él con fervor y buscando el rostro del Señor. Cuarto, confíe en que el Espíritu Santo le guiará a tener otra vez una relación estrecha con el Padre celestial. Por último, ame y sirva a Dios adorándole y alcanzando a los demás.
¿Qué es lo que ocupa su tiempo y su atención? ¿Tienden sus pensamientos y su conversación a girar en torno a temas mundanos o a las cosas de Dios? Si su fuego por Cristo se ha reducido, tome las medidas necesarias para renovar su pasión. Vivir en estrecha relación con Él, bien vale cualquier esfuerzo y disciplina.