Cuide su Mente y Vigile su Boca Una Reflexión Cristiana de Joyce Meyer
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Josué 1:8
Josué tenía muchos enemigos que confrontar en su jornada. De hecho, parecía que había un desfile interminable de ellos. Pero, por favor, observe que Josué fue instruido por el Señor para mantener la Palabra en su boca y en su mente, no el problema.
Como Josué, si usted y yo vamos a hacer prosperar nuestro camino y tener buen éxito en esta vida, definitivamente necesitamos poner nuestros pensamientos y palabras en otra cosa diferente del problema que nos está enfrentando. Necesitamos dejar de pensar en el problema, hablar del problema y, algunas veces, incluso dejar de orar por el problema. Si ya oramos, Dios ya nos escuchó.
No estoy diciendo que no haya momentos para hacer oraciones persistentes, pero no queremos estar teniendo más comunión con nuestro problema en oración que con Dios mismo. En Marcos 11:23, Jesús nos instruyó a que le habláramos a la montaña. Él no dijo: “Hablen acera de la montaña”.
Si hay un propósito en hablar acerca de ella, entonces hágalo. De otro modo, es mejor entregársela a Dios en oración y luego permanecer callado con respecto a ella. Las palabras suscitan emociones que con frecuencia nos llevan a molestarnos y a permanecer enfocados en la circunstancia. Es valioso ir y hacer algo que podamos disfrutar mientras estamos esperando en Dios que resuelva nuestro problema. Usted quizá no tenga ganas de hacerlo, pero hágalo de todos modos.