Escoge el Abrigo de Dios
El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al SEÑOR: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». SALMO 91.1-2
Este versículo tiene la clave para vencer la preocupación, la ansiedad, el desaliento, el desengaño, la depresión, la desesperación y la enfermedad. Es sencillamente confiar en Dios.
Quizá quieras confiar en Dios pero parece que no sabes cómo hacerlo. Confiar en Dios requiere que le conozcas: conocer su carácter y tener experiencia con Él. Pasar por pruebas con Dios de tu lado edifica tu fe.
Por tanto, cuando te enfrentes a problemas, puedes escoger confiar o atormentarte. Escoge confiar en Dios y habitar al «abrigo», disfrutando de provisión divina en medio de los ataques y atravesando los momentos oscuros en la presencia de Él.