¡ Cuántas cosas maravillosas haríamos en lo que resta de nuestra vida ! Si pensáramos de esta manera, que somos instrumentos de Dios en nuestro paso terrenal; que Dios nos envió a este mundo con un propósito, el mismo que a veces no alcanzamos a comprender de por qué estoy aquí, o por qué me sucede esto a mí.
Interrogantes que se van aclarando tan solo en la medida en que crecemos espiritualmente y mantenemos una relación directa y permanente con nuestro Creador y llegamos a convencernos de la plenitud de su Amor. Es cuando ya no nos quedan dudas y sabemos bien que somos instrumentos de ese amor.
¿Se ha detenido siquiera por un momento a pensar, cuan privilegiado es usted? Imagínese que entre tantos miles de millones de personas en el mundo, Dios lo eligió para que sea uno de sus angeles terrenales y transmita Su Amor, Su paz, Su bondad, a cuantas personas estén cerca de usted; ya que en el instante mismo en que su corazón se estremece de ternura y compasión, y lo induce a hacer el bien, es porque en ese corazón habita la presencia de Dios, y ella se hace sentir de mil formas que solo quien lo experimenta puede percibir el gozo inefable que solo el poder de Dios le concede a través de lo que usted haga.
Entonces ... ¡Qué hermoso es saber que somos instrumentos de Dios! Que tenemos una misión que Él nos ha encomendado, y que si nos sentimos halagados con esta responsabilidad espiritual, Él nos dará la sabiduría y las fuerzas necesarias para hacer Su voluntad.
Por lo tanto, ya no tendremos miedo a nada ni a nadie porque estaremos revestidos del poder que Dios nos otorga para enfrentar lo que Él nos tiene preparado.
Y si finalmente, en ese trajinar por los caminos de este mundo no tuviere la respuesta que yo espero por parte de mi prójimo, lo recibiré con humildad y le ofreceré mi dolor, mis quebrantos y mis temores a mi Señor, porque sólo Él me devolverá la fe para seguir creciendo, y para seguir siendo un instrumento de los planes que Dios ha preparado para mi vida.
En las manos de Dios, dejo que Él actúe a través de mi.