“Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sinò a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lenguas a sì mismo se edifica; pero el que profetiza edifica a la iglesia. - Corintios 14:1-4
La madurez espiritual està regida por el amor, de allì el consejo Bíblico de seguir el amor. El amor permite valorizar el proyecto de Dios en la edificación de su pueblo, para quièn Dios ha dejado los dones espirituales.
Aparentemente las manifestaciones de los dones espirituales, habìan creado en el pensamiento de algunos de los creyentes, un tipo de relevancia. Esto en lugar de unir para la Gloria de Dios, estaba creando confusión y separación entre algunos hermanos.
El pensamiento clarificador de Pablo, pone en orden la discusión. Demuestra que el objetivo primario de Dios para su pueblo, en el tema de los dones, es la edificación del cuerpo de Cristo. Lejos de la mente de Dios, està la valoración de los dones, como grado de espiritualidad, que genera discusiones carnales de status de poder o de grados de unción del Espíritu Santo.
Nadie tiene mas del Espíritu Santo o menos del Espíritu Santo, porque según S. Juan 3:34 “...Dios no dà su Espíritu por medida”. O tiene el Espíritu Santo o no lo tiene.
De acuerdo a lo que aquì nos enseña, quièn profetiza està hablando el mensaje de Dios para el Pueblo, mientras que quien habla en lenguas, se edifica a sì mismo, pues nadie le entiende, no puede edificar a otros. El que Profetiza esta hablando el mensaje que Dios tiene para los hombres, para edificación, exhortación y consolación.
Todas estas acciones son el fin de la profecía como mensaje de Dios. Para eso la envía Dios. Por supuesto que tambièn hay imitaciones, a las cuales Dios condena. El diablo siempre trata de imitar para confundir y luego “hurtar, matar y destruir”, hacièndole creer al hombre cosas, como que vienen de Dios y no es asì.
Cada cosa en su lugar, es lo que Dios quiere para Su pueblo, regados con un Espíritu de amor para con todos.
¡Señor ayúdame para utilizar los dones que son tuyos, con tu amor, y para tu gloria!