Mateo 6.25-34
En la India hay un pájaro que se llama “Pity-to-do-it”. Todo el día se lo pasa piando: “Pity-to-do-it”. Se dice que por la noche duerme patas arriba para impedir que se caiga el cielo.
Es un campeón del pesimismo y la preocupación. No descansa ni de día ni de noche, según se cuenta; por lo tanto está flaco, huesoso y malhumorado.
Algunos de nosotros somos como ese pájaro; y no es necesario serlo. Podemos contemplar, en cambio cierto cuadro de un artista, que representa la calma, y nos muestra un pájaro en un nido sobre una catarata.
En medio del estruendo y de la confusión ese pájaro es el símbolo de la quietud, del reposo y de la calma. Debemos imitarlo ¿Cómo?
Hagamos frente hoy, al día de hoy. Jesús mostró profunda comprensión cuando nos dijo: “Así que, no os congojéis por el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: Basta al día su afán. (Mateo 6.34).
No dijo que no habría dificultades; pues las hay, la vida está llena de ellas; está echa así; pero no hay que amontonar las dificultades de mañana y del siguiente día sobre el día de hoy.
Hagamos hoy el día de hoy; porque si ponemos las dificultades de la próxima semana sobre las del día de hoy, anticipando las preocupaciones consiguientes, echamos a perder el día. Obrar así es sufrir las pruebas doblemente: las de hoy y las que están por venir.
Semejante actitud significa un doble e innecesario gasto de energías. La preocupación es el interés adelantado que pagamos por dificultades que nunca llegan.
Algunas llegan, y cuando esto sucede se pueden vencer separadamente; pero juntas, las dificultades de mañana y las de hoy nos agobian.
La teoría: “Divide y vencerás”, es aplicable aquí. Divide tus preocupaciones y enfréntate con la de cada día por separado. Así las vencerás; pero no permitas que se junten todas y te venzan. Divide y vencerás. Haz frente hoy al día de hoy.
Dios mío, me doy cuenta de que he estado echando cargas innecesarias sobre mí. Tú me asignas una carga suficiente para cada día y me ayudas a llevarla; pero yo añado nuevas cargas a mí y así reduzco mi energía para llevar lo que me corresponde en realidad. Perdóname por esta falta que resulta en contra mía y que te ofende a Ti. Amén
Tomado del libro: Vida en abundancia